«Cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loco por ti.»
"No me vengas a dar lecciones de cordura, cuando lo que necesito es que alguien en su sano juicio quiera enloquecer conmigo."
~Benjamín Griss~
*En esta obra se incluyen personajes basados...
Se puso con rapidez los pantalones e intentó calzarse también sus botines de cintas a máxima velocidad. Todas esas animaciones de Flash, el súper héroe eran simplemente nada comparadas con Alex intentando salir de su departamento para ver qué era lo que tenía tan alterada a su publicista. Piper la miraba ir de un lado a otro mientras ella yacía recostada aún en la cama intentando entender y no enojarse, pero la verdad es que estaba furiosa. Un traspié de Alex que casi la hace caer hizo que una pequeña sonrisa se apareciera en sus labios, pero no fue completa.
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¿Cómo es que esa mujer conseguía que Alex saliera con tanta rapidez de la cama dejando todo, incluída Piper, a un lado para ir a su llamado? Simplemente no era algo que tuviera sentido para ella, y se preguntó si a caso ella llamaba a la pelinegra dejaría todo para ir a su lado. No le agradaba pensarlo, pero probablemente había probabilidades de que no lo hiciera, y menos si estaban de gira, cosa que aún no habían discutido como iban a manejar.
— Quita esa carita, preciosa. — se acercó con la chaqueta en mano. — Volveré cuanto antes.
— No, ¿sabes? — se puso de pie con rapidez dejando las sábanas resbalar por su piel apresurándose a buscar su ropa por todas partes. — Tómate tu tiempo, yo me iré a mi departamento.
— Oye, oye... — Alex la tomó de las manos. — ¿Estás enojada? Yo no entiendo bien lo que pasa.
— Tu no entiendes nada. — se soltó de su agarre con el corazon hecho un nudo.
Es cierto que habían discutido y peleado un montón de veces antes de esa, pero precisamente era la primera vez que peleaban siendo pareja y la sensación no le gustó ni siquiera un poco. Se puso su saco y comenzó a calzarse las zapatillas mientras daba saltitos por el pasillo rumbo a las escaleras. Estaba decidida a marcharse y aunque sabía bien que el enojo no iba a durarle más que un par de horas, no quería lidiar con todo eso en el momento.
— Amor, escúchame... — le rogó caminando tras ella por la sala. — Artesian dice que tenemos una emergencia, que es un problema grande, necesito ir allá y ver qué sucede.
— No te estoy prohibiendo nada, Alex. Puedes hacer lo que prefieras, solo déjame también a mí hacer lo que quiero y eso es irme.
La tomó del brazo y la hizo voltear antes de llegar a la puerta. Una de sus manos se apresuró hasta su cuello y la atrajo para plantarle un beso en los labios. Un beso que decía, no, más bien gritaba un "te amo y no quisiera irme" tan profundo que incluso Alex sintió cómo le desgarraba el pecho intentando ser sentido por su rubia. Piper sucumbió ante el beso, pero no se movió. Sus extremidades estaban congeladas, mientras que sus labios se deshacían en los de Alex queriendo demostrarle que ella mandaba y que aunque no le gustara la idea, iba a marcharse de ahí.
— Puedes venir conmigo... — susurró aun pegada a sus labios.
— ¿Y qué diremos? ¿Que casualmente nos encontramos en el parque paseando a nuestros perros?
