CAPÍTULO 11

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Las últimas palabras que Alex le dijo a Piper ni siquiera la dejaban concentrarse.
Marcó el número de Artesian pero de inmediato colgó. No sabía siquiera qué decir y estaba verdaderamente molesta y se sentía culpable por lo que había dicho.
Era verdad que la publicista era guapa, rubia y de ojos azules, pero no era ni la mitad de atractiva de lo que le resultaba Piper.
Si tan solo la abogada tuviera una actitud fácil como la de Artesian, sería la mujer perfecta.

La guitarrista suspiró subiendo en el ascensor rumbo a su suite en el hotel y sin poder quitar su ceño fruncido que estaba comenzando a hacer que le doliera la cabeza.
Atravesó el pasillo con paso firme y a la mitad del camino se quitó las zapatillas para poder caminar más rápido.
La sensación de la alfombra en sus pies le resultó demasiado reconfortante, casi podía jurar que era la mejor sensación que había tenido en todo el día, pero no era así.
Ella no podía olvidar la manera en que el cuerpo de la rubia había temblado cuando por accidente rozó la piel de su pecho, o la forma en que ambos cuerpos se amoldaron uno al otro cuando la sostuvo entre sus brazos por un instante.
Una sonrisita atravesó el rostro de Alex y su rostro se suavizó, es cierto que Piper era una mujer muy gruñona, pero también parecía dulce la manera en que se avergonzaba o se sonrojaba de vez en cuando.

Deslizó con rapidez la tarjeta sobre el sensor de la puerta y entró sin mas preámbulos.
Lanzó las zapatillas hacia un rincón detrás de la puerta y comenzó a deshacer las ataduras de su corsé con menos agilidad de la que habría querido, y moviéndose de un lado a otro como desesperada se deshizo del vestido de cuero que había aprisionado su cuerpo todo el día.
Avanzó en bragas sintiéndose aliviada y buscó una camiseta en el clóset.
Aquella de Pearl Jam que había sido su favorita durante la gira pasada, y sin duda alguna siempre tendría predilección por la banda favorita de su padre.
No es que fuera el mejor hombre del mundo, pero sin duda era un excelente padre.
Su madre solía decir que él era un hombre completamente loco, pero también que era el hombre de sus sueños, y él era el más grande fan de Pearl Jam en la historia de los fans de Pearl Jam.

— Mi querida Alex, no debes avergonzarte de tu segundo nombre. — la guitarrista encendió un cigarrillo en el balcón que la ayudaba a pensar, recordando las palabras de su padre.

— Pero todos se burlan de mí. ¿No podían solo llamarme Alex?

— Pearl es un nombre digno de una princesa como tú. Pearl Jam es considerada como una de las bandas más grandes e influyentes de toda la escena del movimiento Grunge. Además, sus álbumes Vitalogy y Ten han sido incluidos por la revista Rolling Stone en su lista de los 500 mejores discos de la historia. — Lee dijo emocionado acariciando el cabello negro de su hija.

— Sé que banda ha sido incluida en el Rock and Roll Hall of Fame y su cantante Eddie Vedder figura en la séptima posición de la lista de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos elaborada por Rolling Stone. — la pequeña Alex rodó los ojos.

— Esa es mi niñita. — el hombre orgulloso se arrodilló frente a ella.

— Yo lo sé, pero las estúpidas de mi clase no lo saben, y se burlan de mí.

— Bueno, tu lo has dicho, son estúpidas. — Lee se encogió de hombros. Ellos nunca le habían prohibido a su hija usar ese tipo de palabras como adjetivos. — Dime, ¿quién es más estúpido, alguien que no sabe el significado de algo y se burla por su propia ignorancia, o alguien que toma en cuenta la opinión de una persona estúpida? — Alex bajó la mirada observando sus converse gastados. — Cariño, las personas tienen poder sobre nosotros solo si se lo damos.

Esa había sido una enorme lección que su padre le había dado muchos años atrás, cuando a penas y era una pre adolescente, y justo a esas alturas la idea era parte de su mentalidad, pues se había arraigado mucho a su personalidad.
Dio otra honda calada a su cigarrillo y sintió el humo invadiendo su garganta mientras viajaba a sus pulmones llenándola de cierta relajación.
¿Le había dado demasiado poder a Piper? Ella ni siquiera había entablado con la rubia una conversación larga fuera de los asuntos legales, a decir verdad, lo poco que habían hablado ni siquiera podía ser considerado como una conversación, y de todas formas ahí estaba ella, sintiéndose mal por lo que había dicho y por hacerla creer justamente que iba a ir y acostarse con Artesian, cuando ni siquiera había considerado aquello.

LOVE HER MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora