CAPÍTULO 29

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El asunto en la corte estaba bien establecido después de esclarecer que las partes implicadas eran únicamente Alex y Zelda.
Tenían cita en una semana más, y aunque la pelirroja había tenido especial hermetismo en cuanto a su defensa, no era algo que tuviera muy preocupada a la rubia, puesto que Red le había dicho que estaría cuidándole la espalda, asistiendo a cada una de las reuniones en la corte que fueran necesarias y también, ayudándole a revisar los documentos cuántas veces fueran óptimas, además de que ambas conversarían después de cada citación en la corte para hablar respecto al caso y las posibles opciones que tenían.

Estaba trabajando duro mientras ordenaba el montón de facturas y documentos de la banda, donde se comprobaba que el pago por sus honorarios siempre había estático y formal para la pelirroja como para cada una de las integrantes de la banda, así que no había ninguna deuda con ella, y estaban en todo su derecho de exigirle revocar el contrato mal hecho y simplemente dejar la banda si eso era lo que quería.
Habían sido días de estrés en el trabajo, se había topado un par de veces a Larry pero el hombre parecía solo ignorarla y huir.
Una mañana, Piper lo saludó cerca del carrito de café en la entrada al edificio de "Reznikov Asociados" y aunque no había hablado mucho con él últimamente, se le hizo lo más correcto saludarlo con la amabilidad que él le había mostrado siempre, pero en lugar de corresponderle, simplemente caminó más rápido con los ojos fijos en el pavimento hasta desaparecer dentro del edificio sin siquiera corresponder a su saludo, y aunque llevaba los audífonos puestos y fingió no verla, Piper supo lo que él hacía y no quiso siquiera ir a preguntarle lo que le sucedía, pues pensó que tal vez solo estaba teniendo un día malo.

Alex se había ido a ese viaje a Los Ángeles desde hacía ya un par de días, así que esa misma noche debía estar terminado sus asuntos y a la mañana siguiente probablemente estaría de regreso, pero obviamente no iba a verla, puesto que seguro estaría muy cansada.
Aunque le había reclamado ese beso que había surgido entre ella y Zelda, después del sexo no había vuelto a reclamar nada, simplemente desquitó su enojo gastando sus energías y esclareciendo todas sus emociones sobre el cuerpo de Piper, y torturándola con esa preciosa lencería fina, que, por supuesto, había hecho cambiar de opinión a la rubia en cuanto a lo que la lencería significaba.
La extrañaba más de lo que quería admitir, y aunque seguían en comunicación tanto escrita como por llamadas, no era suficiente.

Ya no era solo el sexo lo que la mantenía ligada a Alex y ella lo sabía en el fondo de su corazón que le decía a gritos lo que quería, pero también insistía en hacer oídos sordos ante cada una de las peticiones desesperadas que su interior le hacía.
Estaba ordenando ya sus documentos dentro del maletín para irse, cuando un mensaje la tomó por sorpresa, y cuando miró la pantalla una sonrisa apareció involuntariamente en su rostro anunciando que precisamente era Alex quien le había escrito.

Estaba ordenando ya sus documentos dentro del maletín para irse, cuando un mensaje la tomó por sorpresa, y cuando miró la pantalla una sonrisa apareció involuntariamente en su rostro anunciando que precisamente era Alex quien le había escrito

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Y momentáneamente se distrajo de todo recordando cómo había sido esa noche en particular.

***Flashback***

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