CAPÍTULO 8

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No era la primera vez que Piper iba a tomar un café con Larry después del trabajo, de hecho, lo hacía diario últimamente, y ahora era solo para evitar estar en la oficina si es que a Alex se le ocurría pasarse por ahí como la última vez.
Había sentido una invasión enorme a su territorio cuando la pelinegra se apareció ahí diciéndole esas cosas atrevidas que le había dicho, y no quería que eso volviera a suceder.
Sinceramente lo que le afectaba más era el hecho de que mientras Alex se pasaba de lista, sus mejillas se sintieron cálidas y sus piernas comenzaron a temblar como si de pronto los movimientos telúricos se hicieran fuertes bajo sus pies, pero era solamente un efecto de lo que la guitarrista le estaba haciendo sentir con sus atrevimientos.

La rubia no era una mujer que saliera en citas muy a menudo. En realidad ella ni siquiera se interesaba lo suficiente en las personas de forma rápida. Podía salir a varias citas y ni siquiera darse cuenta de que alguien tenía otras intenciones con ella, y, además de eso, solía aburrirse muy rápido de las personas, tanto que terminaba buscando maneras de evitarlos después y bloqueando todo tipo de comunicación.
No era que se considerara a sí misma como una mala persona, en realidad, culpaba a los demás por no entender sus señales y sus intentos de no lastimarlos, pensando que el evitar sus llamadas después de haberles dicho que no podía salir más hacía que sus esperanzas se disminuyeran cada vez un poco más hasta que dejaban de insistir.

Pero Larry había llegado como una tabla de salvación para ella, con esa invitación a tomar un café cuando necesitaba un pretexto para alejarse de los raros intentos de Alex por acercarse a un mejor trato con ella.
Solamente eran abogada y cliente, nada más, así que a ella quería que no le interesara saber qué hacía Alex en sus tiempos libres, ni tampoco con qué personas se relacionaba, simplemente ella se estaba enfocando en continuar con su trabajo y acoplarse a las disposiciones de Red sobre todo lo que concernía a la banda de rock y sus integrantes.
Era lo más fácil y por supuesto lo más seguro también, porque según ella, no necesitaba amistades que fueran como esa guitarrista, ni necesitaba nada más en su vida viniendo de ella.

Tomó su taza y la dirigió a sus labios fingiendo prestarle atención a lo que Larry decía respecto a uno de los casos de abuso intrafamiliar que ahora estaba llevando, y que, según él era fascinante en verdad.
Si había algo que la rubia odiaba de salir con las personas era cuando hablaban de sus trabajos en otros lugares, sentía que ya era suficiente con pasar ocho horas y a veces incluso más en la oficina entre papeleos y legalidades como para después de salir de ahí todavía hubiera quien más hablara de lo mismo fuera del área de trabajo.
Era frustrante conocer a personas que de alguna manera no eran libres en ningún aspecto de su vida, y no es que le interesara mucho, pero seguramente era de esos tipos que quieren tener sexo cada vez que salen a cenar con sus parejas, el hombre había hecho un par de comentarios un poco subidos de tono, pero al ver que la rubia ni siquiera se rio por eso, decidió cortar con toda esa mierda y para ella fue mejor.

— Y... — se acomodó un poco el cabello de forma inútil. — ¿Cómo va todo con Red? Escuché que has vuelto a estar en el caso de Vause y sus secuaces, ¿eh?

— Todo está bien, y sí, por ahora ese es mi caso primordial y también el más complicado. — Piper le dio un sorbo a su taza y trató de fingir desinterés en el tema mirando su celular, pero por supuesto que Larry no iba a dejar pasar el tema tan fácil.

— ¿Difícil, en serio? — se rio casi en tono de burla que a la rubia no le gustó en absoluto. — Solo basta con decirle que es una escoria para el mundo y que tal vez debería seguir el ejemplo de Kurt Cobain, solamente hay que darle una escopeta. — agitó un poco la cucharilla dentro de su taza con una risita estúpida que de inmediato hizo a Piper voltear a verlo de mala manera. — Aunque ya pasa de los 27 años, seguramente podrían conservar su cuerpo en un museo.

LOVE HER MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora