CAPÍTULO 16

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— ¡Señorita! — la asistente de Red gritó insistente. — No puede pasar sin una cita, o sin al menos ser... — Alex abrió la puerta de la oficina de Piper con fuerza. — Anunciada... — la asistente concluyó con desgano.

— ¿Qué pasa, Brook? — la rubia levantó el rostro del montón de papeles que tenía en el escritorio y de inmediato se sintió congelada.

— ¿Me bloqueaste? ¿En serio?

— Lo siento, abogada... Yo intenté decirle que no podía entrar pero... — la asistente trató de disculparse. Parecía ese personaje Temor de la película de Pixar "Intensamente", con el rostro desencajado por el miedo y las manos apretando un bolígrafo frente a ella.

— No hay problema, yo lo manejaré, ¿de acuerdo? Que nadie entre a la oficina hasta que la señorita Vause se haya ido. — dijo la rubia con determinación sin dejar de mirar a Alex con el ceño fruncido.

— Entendido. — la pequeña mujer temblorosa salió cerrando la puerta tras una mala mirada de Alex que la siguió solo para colocarle el seguro a la cerradura, y luego se volvió hacia Piper con los brazos cruzados sobre su pecho.

— Alex... No tienes ningún derecho de venir así, ¿qué crees que soy? ¿Una especie de...?

— Tú no tienes ningún derecho de besarme y luego bloquearme como si nada. — gruñó en respuesta. — Dime, ¿tan jodidos fueron los besos para ti?

— No lo hice por eso, yo solo... — pero la pelinegra no la dejó continuar.

— No. — gruñó. — Simplemente debiste hablarlo conmigo, porque si yo te hubiera besado tal vez habría entendido lo que hiciste al bloquearme, pero yo me estaba comportando perfectamente normal antes de que tú...

— ¿Perfectamente normal? ¿A las 4am frente a mi puerta pidiéndome que no salga con alguien más? — la rubia le dijo con furia. — ¡Eso no es normal! No puedes solo fingir que te preocupas por mi cuando deberías de ocuparte de tus propios asuntos.

— Oh, no, aquí tú eres quien no puede solamente andar por ahí fingiendo que no le gusto ni siquiera un poco y luego besarme de la forma en que lo hiciste para después hacer como que nada pasó. ¿Dónde quedó tu profesionalismo, abogada Chapman?

— Eso no tiene nada que ver con el trabajo, no necesitas mi número personal si tienes la extensión de mi oficina, así que, no tienes por qué reclamarme. — Piper pasó saliva, era la primera vez que veía a la guitarrista así de molesta. — Te sugiero que te vayas y...

— No me vas a correr de tu puta oficina. — sus ojos verdes la miraron con molestia. — Vamos a enfrentar esto de una buena vez por todas.

— ¿Qué más quieres de mi? Te estoy ayudando con tu banda, te ayudé con lo de tu habitación de ese estúpido hotel, y ahora vuelves y me dices como si nada pasara que no puedo salir con Zelda, ¿qué rayos te pasa? — estaba furiosa. — Ella al menos no se porta como imbécil cada vez que me ve.

 — Ella al menos no se porta como imbécil cada vez que me ve

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