Capitulo 41: Recuerdos...

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Me ha sido imposible hablar durante el trayecto en moto que hemos hecho; menos mal que el aire en la cara y los mimos de Tae han ayudado bastante a que, con la presión que llevo encima, no terminara por los suelos. Ahora Tae me escruta, estamos en el porche de esa casa que no ha cambiado nada. El último recuerdo queda lejos, sólo permanece la nostalgia que emana de mi cuerpo. De pronto me acuerdo de cuando era un niño y fantaseaba con Mark con tener una casa enorme, con suficiente espacio para animales y niños. Más tarde, ese deseo se vio empañado por lo que me había sucedido. No dejo de preguntarme si alguna vez veré mi vientre hinchado. Si seré capaz de volver a experimentar ese tierno sueño que un día, demasiado pronto, Yoongi me arrebató. Me advirtieron de que podría tener problemas en el futuro…

—Hoseok —me llama Tae, sin soltarme la mano. Incluso durante el camino hemos estado agarrados—¿Estás bien?—pregunta preocupado.

—Sí… Trato de sonreír, pero no lo consigo. A mi boca asoma una mueca ridícula, en un intento fallido de disimular el impacto que me produce volver a este lugar. Vamos, un fracaso de sonrisa. No porque no esté feliz, sino todo lo contrario. —Ayúdame, por favor —le pido.

—Tranquilo. Tae coge mi maleta, entrelazando nuestros dedos con más fuerza. Sé que desde que se fue de aquí, ha dado carpetazo a su vida ahí dentro. En la cual no existía la libertad. Una libertad que él se impuso, sobrepasado por sus miedos.
Por el complejo que tenía debido a su cicatriz y que ya ha superado, pero que una vez lo dejó sumido en la tristeza. Un calvario que jamás debió vivir. No lo merecía. Hoy le tiembla la mano al introducir la llave en la cerradura e,
inconscientemente, se roza la mejilla. Una sorprendida y estupefacta Yoona asoma la cabeza al oír la llave.

—¿Tae? —Y me mira—. Oh, Señor, ¿Hoseok? Entiendo su estupefacción. Me lanzo a sus brazos, estrechándola con
tanta fuerza que temo hacerle daño. Esa mujer me devuelve la ternura, el cariño. Sé que se alegra de tenerme aquí y que, a la vez, no entiende cómo ha sucedido. Sin dejar de acariciarme, le cede un hueco a Tae para que se una a nosotros. Él lo hace, demostrando ese especial afecto que se tienen. Cuando al final nos separamos, no podemos evitar sonreírnos, con la emoción ganando la batalla.

—C-Cómo… —tartamudea.

—¿Dejarlo escapar? —Tae chasquea la lengua—. Qué va. Intentando chulearlo, pongo los ojos en blanco.

—A mis pies —bromeo. Ella nos mira con las manos en la cara, sin dar crédito.

—Bueno… por favor, prepáranos algo como esto —le pide Tae, entregándole un papel que me prohíbe ver—. Estaremos donde siempre — concluye y le guiña un ojo.

—Será un placer. Le doy un último apretón en el hombro y sigo a Tae con cautela. El hecho de que Yoona haya estado trabajando sin cobrar durante tanto tiempo dice mucho de cuánto quiere a Tae, y por eso me tranquiliza mucho que siga aquí. Tiemblo entero mientras camino por este oscuro pasillo, ya que no sólo revivo los momentos juntos, sino cada uno de los intensos sentimientos que Tae me hacía sentir. Los nervios, la euforia… el deseo.
Él pone la mano en el pomo de aquella puerta tan crucial para lo nuestro.

—Ahí dentro decidiste ser mío sin pedir nada a cambio —murmura en voz baja—. Ahí dentro no pude sentirme más extraño, completo y ansioso. Ahí dentro te follé, te hice el amor como no me tenía permitido, Hoseok. Ha dado en el centro de la diana.
Se me aflojan las piernas y en la garganta siento finos alfileres que me prohíben hablar. Doy un paso y susurro cerca de él:

—En el fondo, creo que nunca hemos sido tan felices como ahí dentro,Taehyung.

—Yo no lo dudo —coincide—. ¿Entonces?

—Quiero repetirlo. Abro la puerta sin su consentimiento, cogido de su mano. Recibo el olor de entonces, revivo las sensaciones. Me cuelo dentro sin esperarlo, caminando sobre ese suelo por el que tantas veces anduve descalzo. Me
acerco a la cama y me siento en ella, acariciándola con nostalgia. La colcha
está helada y la habitación también. Si cierro los ojos, nada ha cambiado, pero sería como retroceder y no quiero. Estudio a Tae y presiento el evidente nudo que lo atenaza.

DEPRIVED   (VHope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora