¿Qué es lo que suena? ¿Estoy soñando que tengo frío o...? Mejor sigo
durmiendo. ¿O estoy despierto? ¡Qué aturdimiento! Sí. Definitivamente,
tengo frío y también sueño... Tiro de la fina sábana y me cubro hasta la
barbilla, acomodándome mejor en la cama. Qué gustito. Espera, ¿ya es de
día? Abro un poco el ojo derecho, el otro se resiste, pegado como está. La persiana casi bajada, lo suficiente para que no entre ni un leve rayo de luz. Miro el despertador que tengo en la mesilla, en el lado izquierdo. ¡Oh, no! Le doy un pequeño golpe, lo apago y, desmadejado, intento sentarme medio recto. Me cuesta. Estiro los brazos, me desperezo. Entonces oigo un ronroneo cerca de mis pies. Bajo la mirada y le sonrío a la bola de pelo blanca que me mira como quien no quiere la cosa.«¡¿Será posible?!».
—Miau, ¿cuántas veces te he dicho que en mi cama no? —lo regaño con voz mandona. Cierra los ojos y yo, por fin con los míos abiertos, gateo por el
colchón hasta llegar a su lado. Lo beso—. Buenos días, gatito desobediente.
Vuelve a ronronear y yo a besarlo con ternura. Hace un mes que lo tengo y nos llevamos muy bien. Me hice cargo de él al encontrarlo cojeando en la
calle. No pude abandonarlo y ahora es mi nuevo compañero de piso.—Hora de ponerse en marcha.—Le anuncio. Me levanto de la cama echándole un vistazo a la hora. Son las ocho de la
mañana. He tenido una noche mala, no sé por qué apenas he pegado ojo.
Precisamente ahora que desde ayer estoy más relajado, ya que mi padre ha decidido irse un mes a Seúl, con unos familiares, aliviándome de la carga que me supone a veces su presencia. Nuestra relación es fría, cada día más inexistente... por sus problemas con el alcohol tras la inesperada marcha de mi madre.Voy al baño, que tengo al fondo de la habitación, para darme una ducha
rápida. Tengo todo tipo de jabones, y de los más diversos aromas, aunque
siempre elijo el olor a vainilla, mi favorito. Me quito el delicado pijama de seda, pensando que no sé por qué he pasado tanto frío, si apenas estamos
entrando en el mes de septiembre. Una vez en ropa interior, me doy la vuelta y evito mirar en el enorme espejo las dos cicatrices que tengo en el cuerpo: una en la espalda y la otra en la ingle y destierro los malos recuerdos.—¡Ya! —grito. No quiero lamentarme.— Soy el «nuevo Hoseok» —me digo —, estoy sobreponiéndome poco a poco. Me quito los boxer de encaje negro y los dejo caer junto al retrete. Antes de abrir el grifo, me quedo como mi madre me trajo al mundo. Pero a lo lejos oigo que suena mi móvil. ¿Quién será tan temprano? Vuelvo al dormitorio, desnudo, y miro la pantalla. ¿Mark a estas horas? Preocupado, le doy a responder.
—Hello? —saluda mi mejor amigo, cantarino. Niego riendo, relajándome
—. Señorito Jung, ¿cuándo dispondrá de tiempo para mí?—Hmm. Rápido, he de ducharme, desayunar, comprar té...
—¡Stop!.—Me taladra el tímpano. Pongo los ojos en blanco, porque así es él de
desesperante.—A ver, ¿qué pasa ahora? —pregunto, y como sé que tardaré, voy sacando mi atuendo del día del vestidor.— Soy todo oídos.
—Te tengo una sorpresa .—Comenta riendo.— ¿Quieres oírla?
—Mark... —le regaño, mientras rebusco entre las perchas.— Tengo prisa, por favor. ¿Quedamos a las nueve menos cuarto en la cafetería de siempre?
—Hobi...
—No, Mark —lo interrumpo. Cojo una camisa blanca con volantes en la
pechera y un vaquero de color negro. Salgo del vestidor, dejando ambas
prendas sobre la cama.— Son diez minutos de ducha y mientras me termino de secar el pelo, arreglar, etcétera, otros diez. Quince en llegar con el coche hasta allí. Me sobran diez para desayunar.—¿Eso lo has mirado en tu agenda? —me dice de mala manera.— Hobi, ¿necesitas controlarlo todo hasta el punto de anotar cuándo has de ir al
baño? ¡Por Dios!
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DEPRIVED (VHope)
Fiksi PenggemarLos cuerpos están conectados desde el minuto uno. La necesidad indescifrable que poseemos nos consume. Pero el error del pasado nos separa. Las cicatrices en nuestros corazones no han sanado sin importar que las de la piel ya no sean más que solo u...