Los cuerpos están conectados desde el minuto uno.
La necesidad indescifrable que poseemos nos consume.
Pero el error del pasado nos separa.
Las cicatrices en nuestros corazones no han sanado sin importar que las de la piel ya no sean más que solo u...
Mi mirada se pierde en el teléfono, en ese que acaba de romper por completo lo que Hoseok y yo teníamos. Con rabia, le doy una patada a la silla que tengo delante y aprieto el móvil entre los dedos, intentando borrar lo que me acaban de confirmar.
—¡No! —chillo alterado. Jackson, que sale de la cocina, adonde se había retirado para dejarme un momento de intimidad, me estudia. Sabe que estoy fuera de mí, que me come por dentro saber que Hoseok está con él. Me muerdo los nudillos, controlando la ira, la impotencia. Los nervios. ¡El sufrimiento! El daño que él me acaba de hacer. No lo soporto… No ahora que ha vuelto a mi vida.
—Me voy a ir a Seúl —le digo a Jackson, sacando un cigarrillo—.Necesito unos días, trabajaré desde allí. No sé… ¡tengo que irme de aquí!
—¿Qué ha pasado, macho? .Hablarlo con él supondría meterlo en posibles problemas con Mark y no quiero perjudicar a terceras personas. Y menos, a mi amigo. Aunque necesite desahogarme escupiendo barbaridades que quizá no sean ciertas. ¡Qué más da!
—Da igual, Jackson. Miro por la ventana, con el cigarrillo encendido en la mano. El paisaje es gris, oscuro como lo ha sido durante mucho tiempo. Le ha faltado tiempo, le han bastado horas para correr a sus brazos. Aún recuerdo su boca abierta, sus ojos desencajados por el brutal placer que le estaba dando en el portal de abajo. Un momento que ahora casi odio. Casi siento asco de haberlo tocado, porque él ha borrado todas mis huellas. ¿Se habrán reído? ¿Seguirán en la cama?¿ se lo estará cogiendo como hace unas horas lo he hecho yo? . Me siento en el sofá y me masajeo las sienes. Tengo taquicardia. La boca seca. Un desconsuelo tan profundo que me supera. ¿Es tan diferente a aquel doncel que yo conocí? Entiendo que lo ha pasado mal, que no tener mi apoyo habrá sido un duro golpe, pero no tanto como para merecer esto. No me apetece hablar con nadie. Pero quiero verlo. A pesar de todo, quiero tenerlo frente a mí y comprobar que sus ojos no me mienten, encontrar algún tipo de arrepentimiento. No, el no está arrepentido… Si no, habría hecho lo posible por evitar que fuera ese miserable quien respondiera. Si no , ya estaría tratando de siquiera excusarse , pero nada, y mientras mas pasan los minutos mi desesperación y mi rabia crecen , tan fuerte , que me carcome el jodido pecho y me intoxica el puto cerebro . ¿ qué hago con esto?.
—¡Hijos de puta! —grito al vacío.
—Tae…
—Dime que esto no es real. —Apago el cigarrillo con los dedos. Ni siquiera me quemo—. ¡Dime que Hoseok está en su casa, Jackson! ¡ Por favor dime , dime que esto es todo una puta pesadilla y que el esta abajo en su casa y no con ese idiota!.
—No sé qué está pasando. Pasa que no quiero saber nada de el, que en este instante prefiero el dolor, los sentimientos de miedo, angustia e impotencia de cuando me rajaron la mejilla que esto. Este vacío, el modo en que me abro por dentro porque Hoseok está con su ex. ¡Con él! ¿Cómo me puede doler tanto? ¡¿Por qué me tiene que doler tanto?! Me acuerdo de sus confesiones, de su llanto. De ese Hoseok que reaparecía tras su ausencia. No lo identifico con el Hoseok de ahora, con el que guarda silencio permitiendo que su amante responda con voz placentera, confirmando que está en su cama. Sabía que lo llamaría, ¡me conoce lo suficiente como para saber que mantendría la esperanza! ¡¿Por qué me hace esto?! Pensaba que me quería… Me había hecho a la idea de que ya nunca íbamos a distanciarnos. Estoy tan decepcionado de él… que me cuesta admitirlo, aceptar que ya no es ni el rastro del dulce Hoseok que un día conoci, es ese Hoseok que me enamoro sin yo querer aceptarlo , el que con su tierna voz y sus caricias me hizo caer por el.
Se ha vuelto más frío de lo que jamás creí posible. ¿Piensa que no estoy hundido al saber que perdió un hijo nuestro? ¡No, hostia, no puedo ser tan desgraciado como para que dentro de mí no se remueva nada! ¿No fue capaz de ver cómo me estaba dejando? ¿Acaso no oía el arrepentimiento y mi dolor en mi manera desesperada de pedirle que me diera una oportunidad?. Estoy peor de lo que pensaba, machacado y pisoteado, porque ahora la pérdida no es una, son dos, y me duele demasiado. Me duele demasiado mi amor por él, por un doncel que no lo merece. No merece mi sufrir , mi arrepentimiento, mi amor , ni mi desgracia.
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