Capitulo 14: Grábame..

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Me acuna la cara y se apoya en mi frente con los ojos cerrados. Tiene el cejo fruncido. ¿Qué estará pensando? Giro la cara y entonces beso la palma de su mano y cuando lo hago él suelta un intenso suspiro que impregna mi alma. No quiero que se vaya. En mi pecho vibra una abrumadora necesidad de que se quede conmigo esta noche. De que me bese y me haga sentir tan especial como me siento ahora.

—Necesito una copa —me dice tras el largo silencio. Trago con un malestar que hasta me revuelve el estómago.

—Tae, mi padre se ha refugiado en eso para olvidar los problemas. Por favor, no bebas—suplico y le acaricio la barba. Se sacude. No menciono otras noches en las que yo bebía entre otros brazos—. Yo bebí el otro día y no recuerdo nada. No es bueno. ¿Qué te…?

—Tócame, Hoseok. Hazme olvidar. —Me besa la frente y me aprieta aún más contra él. No controlo mi respiración—. Necesito sentirte sin tu frialdad. No lo soporto, Hoseok. Te necesito así, receptivo.

—Me han hecho daño, Tae. No sabes cuánto —susurro y le rozo la mejilla, la que tiene herida. Gime y me siento aún más identificado con él—.¿Cómo te la hicieron?

—Un ajuste de cuentas; trabajaba como abogado y…—… no lo aceptaron —me adelanto, sorprendido. Sé cómo actúan ciertas bandas que no acatan una sentencia. Más cosas en común: la profesión. Él asiente y por fin me mira. Hay tristeza y melancolía en su mirada turbia. Me afecta su forma de hacerlo.

— ¿Te costó superarlo? Yo sigo sin ser capaz de hacerlo con mis cicatrices —confieso aturdido.

—Me sentí un monstruo, Hoseok. Y por eso abandoné mi profesión. A mi familia… Perdí todo lo que tenía, hasta el dinero.
La bestia del tatuaje… Asiento, rozando su boca, deseando conocer más de su oscura vida y, a la vez, no quiero seguir oyendo ese tono tan perturbado en su dura voz. Me gusta picarón, directo, a veces pesado.
Le sonrío y hablo de mí.

—Yo también soy abogado, pero no quiero ejercer. Suspira y hace una mueca.

—Yo ahora tampoco —dice mientras baja las manos por mi espalda y mis brazos desnudos. Su respiración se acelera—. Me gustas así, tranquilo. Tú.

—Taehy.…Me interrumpe.

—Quiero hacerte sentir, Hoseok. No te niego que me estoy muriendo por
fundirme en ti, besarte hasta que me falte el aire. Repasar todas y cada una de las lineas perfectas de tu cuerpo como si nadie lo hubiera hecho antes. Te prometo
tener paciencia… pero tócame de una vez.

Con la boca seca y el eterno escalofrío que recorre mi cuerpo, le cojo una mano y se la beso antes de llevarlo a mi habitación. Camino delante, sin apartar los ojos de él. Tae no dice nada mientras nos dirigimos al fondo del pasillo. Una vez entramos, lo suelto y me quedo observándolo. Su mirada se clava en mi cuerpo y en mi cara, la suya es el reflejo de mi agonía y me
impresiona. Hace mucho tiempo que no conozco a nadie que me haga querer sentir más que deseo, ahora en cambio quiero una nueva ilusión. A alguien especial que me plante cara como él. Le sonrío, mordiéndome los labios. El tiempo se
detiene mientras yo espero, pero no me regala su sonrisa de vuelta, la que estoy deseando que me dedique. Parece agobiado y no me gusta.

—¿Qué tienes con tu jefe, Hoseok? —Me quedo atónito. Sabe que soy un hombre independiente y añade desganado—: No tengo derecho, lo sé, pero quiero saber a qué me estoy enfrentando.

—Hemos tonteado y nos hemos besado alguna que otra vez —confieso y veo la furia que guarda y calla. Lo miro a los ojos y empiezo a quitarle la cazadora con dedos trémulos. Se tensa y se rasca la barba.

—Esta semana lo ha intentado de nuevo —continúo y tiro la chaqueta sobre la cama. Le desabrocho los primeros botones de la camisa, adivinando su contención—. Pero no puedo…

DEPRIVED   (VHope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora