Diez minutos, sólo me quedan diez minutos para salir del gimnasio. Gotas desudor resbalan por mi cabello. Cubren mi frente, empapándome, y aun así meto más caña. Para el trabajo que desempeño es vital tener un cuerpo cuidado, casi perfecto, pero no me puedo engañar. Mitrabajo no tiene nada que ver con que esté aquí hoy, un sábado por la mañana,cuando nunca vengo. Han pasado exactamente diez horas, tres minutos y cuarenta segundos, según mi reloj, desde que me despedí de Kim Taehyung y casi no puedo soportar la ansiedad de que no me haya llamado, aunque no tenga mi número de móvil, o venido a buscar… ¡No sé! ¡Que no haya hecho algo! Lo que más me preocupa es mi necesidad de esa llamada, de que me pida explicaciones que, por otro lado, no tengo por qué darle. Entonces, ¡¿qué quiero?!
—Hoseok—me llama Eun Woo, el entrenador, hermano de Mark y buen
amigo. Lo miro con cara de «por favor, dime basta por hoy». Me sonríe y puedo
respirar por fin, deteniendo el aparato y apoyando las manos en las rodillas.
Estoy asfixiado.—Sí, estás listo. Anda, vete a casa.
—Gracias… Tengo un dolor en todo el cuerpo… —me quejo y me masajeo el cuello.
—No me extraña, ayer trabajaste. ¿Qué haces aquí? Me bajo de la cinta, cojo la toalla gris de mi mochila y me seco el sudor de la frente y de la nuca. Qué asco doy.
—Estoy un poco agobiado —reconozco cabizbajo.
—No me digas que tiene que ver con un hombre...No sé qué decirle. Es el hermano de mi mejor amigo y me conoce tan
bien como él.—Bueno, bueno, joven Jung, ¿me lo vas a contar o tengo que atarte?
—No es necesario, pero ya sabes —digo, sentándome en el banco que tengo a mi lado. Eun Woo sonríe y me acompaña, es igual de guapo que su hermano—. Me cuesta… No quiero que nadie trastoque mi vida. Me callo lo de mis cicatrices, le omito toda esa historia que tampoco conoce Mark, aunque muchas veces su mirada expresa más que sus propias palabras… y sé que es consciente del cambio que he sufrido desde que sucedió aquello…
—Hoseok, para un rollo de una noche no es necesario armar tanto lío. Asiento y bebo agua. Luego dejo la botella entre mis piernas.—Un momento —continúa—, tú quieres algo más.
—Eun Woo—le pido incómodo y le doy un beso en la mejilla. Es una cuestión que no tengo ganas de plantearme—. He de irme, estoy cansado. Desde esta mañana no he parado. Por cierto, la nutricionista ya me ha cambiado lo que le he pedido, últimamente paso hambre.
—Hoseok… —me regaña.
—Otro día, ¿vale? —Le pongo ojitos y se ríe.
—Bueno, dime, ¿a qué hora vendrás el lunes? Hmm, le pido un momento con un gesto de la mano. Rebusco en mi mochila, llena de productos de aseo, hasta que encuentro la agenda y la miro. Día completo, cómo no. El quince de septiembre se presenta como siempre…
¡Agotador! Por la mañana la inmobiliaria, luego parón para comer y de vuelta allí. Más tarde tengo que llevar a Miau para que le revisen la pata. Menos mal que no es fin de semana, que si no, con Prohibido… Tendré que comerme un sándwich allí mismo a la hora de la comida, para no faltar a mi rutina del gimnasio. He de revisar la agenda o apretarla. Y luego está Tae…—Pues sobre las nueve —respondo—. Bueno, me voy a casa, que necesito dormir una siesta antes de la inauguración. Vas, ¿no?
—No, anoche cenaron con nosotros y hoy tengo cosas que hacer. Oye, por cierto, ¿y por qué no te duchas aquí? Te das unas palizas…
—No. —Me inquieto—. Prefiero hacerlo en casa. Te veo luego.
—Tienes que frenar el ritmo, ¿eh? Con todo no puedes.— Le dedico una sonrisa, recojo mis cosas y salgo a la calle. Por fin libre. Pero una vez en casa me toca trabajar también con los quehaceres domésticos. Sigo nervioso. He entrado en el portal mirando a todos lados. Apenas puedo tragar el pollo con arroz blanco. No dejo de pensar. ¿Y si nos tropezamos en una zona común sin yo aún saber cómo afrontar la situación? Mi vergüenza…No sé cómo reaccionar cuando eso suceda y a la vez estoy ansioso por verlo. Tengo su recuerdo… el recuerdo de su aliento, que me hace vibrar.
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DEPRIVED (VHope)
FanfictionLos cuerpos están conectados desde el minuto uno. La necesidad indescifrable que poseemos nos consume. Pero el error del pasado nos separa. Las cicatrices en nuestros corazones no han sanado sin importar que las de la piel ya no sean más que solo u...