Capitulo 24: Lejos... no de Hoseok

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La tranquilidad de la casa de mis padres me hace bien. Me tumbo en una hamaca del jardín, fumando y bebiendo, pero con mesura. De momento no quiero perder el control. No aquí, en presencia de mi familia, ante los que siempre he mantenido una apariencia.

—¿Tae? —Mi hermana Eunha me sorprende, sentándose a mi lado—.¿Qué haces aquí solo y tan tarde?

—Tomando unas copas, relajándome. —Le sonrío.

—Y pensando en Hoseok, ¿no? Su gesto picarón me hace reír. Pensando en él, sí, porque no por haber puesto distancia Hoseok está lejos. No por no tenerlo a mi lado ha dejado de estar presente para mí a cualquier hora del día. A cada segundo me pregunto dónde y con quién estará. Hoy, sin querer, lo sé… Jackson me ha contado que tenían una reunión de chicos. ¿Estará feliz confesando su desliz con él? Contengo una maldición y me remuevo inquieto. El trago me sabe amargo y termino dejándolo sobre la mesa con desgana. Agobiado. Me parece injusto echar de menos a un doncel que ha querido hacerme daño, sin importarle la mierda en que me he convertido. Pero me
culpo de todo lo que ha pasado desde que lo eché de casa… de mi casa.

—Ey, no me gusta este silencio, Tae.

—Lo sé. Perdona.

—¿Por qué no ha querido venir Hoseok?
La misma pregunta que también me han hecho mis padres. Le acaricio la rodilla, Eunha ya sabe la respuesta. Mejor dicho, la supuesta respuesta.

—Es una pena que no haya podido dejar el trabajo —continúa—. ¿Estás seguro de que ese es el motivo?

—¿Por qué iba a mentir? —respondo, levantándome. Me pongo bien la chaqueta y me la abrocho. Aquí soy Kim Taehyung el prestigioso abogado. Como el resto de mi familia. Recojo mi vaso y me guardo el paquete de tabaco en el bolsillo interior.

—Voy a dar una vuelta —digo.

—¿Adónde vas a estas horas? —Pongo los ojos en blanco, intentando parecer divertido. Sabe que no soy amigo de dar explicaciones de cada paso que doy, aunque el sea mayor que yo. Lo que no sabe es que no las doy porque no estaría bien contarle adónde iré. Su opinión de mí no sería muy buena.

—Vale, vale.

—Cualquier cosa me das un toque al
teléfono..

—Papá está recuperándose, ya lo has visto.

Sí, su mejoría me ha dejado impresionado. Eso me ha alegrado y ha hecho que no me sintiera tan mal hijo por el tiempo en el que no he querido tener demasiado contacto con ellos. Ahora ya estoy de vuelta, que es lo que importa.Entramos en la casa y Eunha me acompaña a la cocina, donde dejo mi vaso en la encimera. Me despido de mi hermana con un beso y también una sonrisa. Aquí echo de menos mi moto, mi vida. La libertad. A Hoseok… Estoy lejos, sí, pero no de el. Ocupa mi mente de forma constante. Es mi pregunta al despertar, mi pesadilla al dormir. Mi eterno tormento. Dentro del taxi que he cogido, abro la carpeta secreta que guardo en el móvil, y accedo a los vídeos.

«No caigas», me digo. Quiero hacerme a la idea de que estoy bien, de que el no merece que yo esté mal. De que puedo pasar página, porque soy tan fuerte que no me voy a volver a encerrar en una casa. Quiero imponerme ser feliz sin Hoseok, porque así lo he decidido. Aunque una pregunta me atosiga: ¿cómo se hace?
Es imposible olvidarlo; pese al rencor y la decepción, vive dentro de mí. Es inevitable despertarme y mirar el teléfono por si tengo un mensaje suyo, diciendo o pidiéndome algo… algo, por poco que sea.
Pero Hoseok simplemente me ha echado de su vida. Y yo me aferro a su recuerdo a través de otras. Como esta noche, en busca de un consuelo telefónico con su amigo, el que me manda mensajes desde que sabe que estoy aquí. Seokjin… Mientras, me refugio en un local parecido a uno que frecuentamos Hoseok y yo. Donde nos conocimos. Sólo que no es el a quien toco…

DEPRIVED   (VHope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora