No pude controlar mi deseo y metí las manos por detrás de su cuerpo, dentro de su camisa, que supuse era de seda, y le acaricié la espalda. Era perfecta, con sus dos ondulaciones en la parte baja.
Noté su vello erizado, estremeciéndose.-Desnúdame -suplicó recorriéndome con su delicada lengua, quitándome la camisa. Hizo que enfermara, así que chupeteé su boca, mientras me incorporaba y permitía que lanzara la prenda, no supe adónde. Perdido por el deseo y sin nada de romanticismo, le empecé a bajar el pantalón.
-Quiero sentirme vivo, pero cada vez me encuentro más muerto.
«Como yo».
Recorrí sus largas piernas de arriba abajo, gruñendo contra su entregada boca, que me cedía cada uno de sus leves jadeos. Llevaba un boxer con encajes, con lo que me volvía todavía más loco. ¿Qué me sucedía? Se lo destrocé sin reparos. Me estaba abrasando y me comportaba como
un animal que no sabía controlarse tras liberarse.-¿Cuántos años tienes, Hoseok?
-Veinticinco-contestó, en medio de las lamidas que nos dábamos. En
medio de la desesperación al tocarnos, sin detenernos en ninguna parte-. ¿Y
tú?-Tres más. -Froté su nariz con la mía, echando de menos el contacto de piel contra piel-. Dejemos las preguntas y acabemos con esto.- Volvió a recurrir a sus armas de seducción al coger mi mano y obligarme a que lo desnudara. No tuve la paciencia que quizá merecía y tampoco era culpa mía tener tan poco tacto, pues se esta sirviendo en bandeja Tiré su camisa, y sin gozar de los preliminares que tanto procuraba utilizar en mis relaciones. Todo él temblaba, acariciando mi cuello ahora con manos frías, sudorosas por los nervios, desarmándome lentamente.
-Dios, ven, Hoseok.- Lo senté sobre mis rodillas, con sus piernas abiertas, preparado. Imaginaba cómo sería su cara, su mirada. Me preguntaba si era moreno o rubio convencido de que era precioso. Demasiado. Quería verlo, pero me conformé con fundirme en sus pezones erectos. Joder, joder. Eran tan suaves, preparados para ser mordidos. No me contuve, acerqué la cara y lamí, primero el derecho, luego el izquierdo. No pude parar, me sobraba todo lo que no fuera tocarlo, saborearlo. Se los pellizqué, frotando mi barba contra aquella sensible piel. Arañando toda la zona de su espalda, voraz. Su respiración tan agitada me provocaba. Se sobrasaltaba, sorprendido con mis provocaciones. Me enloquecía. Notaba subir y bajar su pecho que se ofrecía ante mi boca.
-Bésame -me pidió entre gemidos-. Por favor...- Entonces el que inhaló fui yo, planteándome si continuar con la locura, pero ¿acaso tenía salida? Lo estaba disfrutando y a la vez no lo estaba haciendo al no saber de cuánto tiempo disponía, y ya era vital para mí penetrarlo... como si se acabara el mundo. Atrapé su cara y me pegué a su boca. Ya no lloraba, me recibía con deseo, éramos dos depredadores en medio de una lucha por dominarnos.
-No dejes de hacerlo -rogó, deslizando la lengua por cada rincón de mi boca. Su saliva se mezclaba con la mía, sin decencia. Lo confirmé, era adictivo-. Voy a prepararte... No te detengas, por favor.
-¿Prepararme tú?
-Ajá... shhhh.. Bésame. –Dejó de acariciarme el pelo, el cuello. Oí un pequeño ruido justo antes de que él me sujetara el miembro y empezara a colocarme un preservativo. ¿Cómo...? Dominó la situación. Creí que perdería la razón. Se ocupó de mi empalmado pene extendiendo el látex con sus dedos ágiles y expertos que fueron como una bomba para mí, una que deseaba que explotara pronto.¿Quién era y de dónde venía?
-Madre mía, madre mía -clamé, siempre con un hilo de voz, contra sus labios. Me sentía desbordado. Con la palma de la mano, empecé a explorar la delgada cara interna de sus muslos, sin delicadeza; no sabía si le hacía daño.
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DEPRIVED (VHope)
FanficLos cuerpos están conectados desde el minuto uno. La necesidad indescifrable que poseemos nos consume. Pero el error del pasado nos separa. Las cicatrices en nuestros corazones no han sanado sin importar que las de la piel ya no sean más que solo u...