CAPÍTULO XXXV

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La carta de Cassandra.

MADDISON.

Varios agentes de la central fueron al aeropuerto, ya que los radares detectaron que el traslado de sustancias ilícitas que harían desde Alemania llegó a las fronteras. Cualquiera pensaría que todo saldría según lo planeado. Ir, tomar la maleta y regresar a la central.

Mas no pensábamos que habría un grupo de personas armadas en el aeropuerto. Antes de que los agentes pudiesen acercarse a la maleta, una tanda de disparos, en dirección a ellos, los sorprendió. Varios quedaron heridos y lastimosamente dos de ellos fallecieron.

No se sabe el paradero de la maleta, tampoco el paradero del oficial Paul, pero Mark pudo encontrar una grabación en la que aparecía Paul con varios hombres, subiendo a un jet privado.

En la central hay más desorden que ayer, debido al incidente del aeropuerto. Luego de unos minutos siendo aplastados por los agentes que van de un lado para otro, logramos entrar a la sala de reuniones, en donde están Juliette, Carter y Pierre. Todos con una pila de papeles a un lado.

Los hackers de la central instalaron un programa en las computadoras que las hace más resistentes a los hackeos. Para entrar al sistema de la central se necesitará una persona que conozca de memoria ese programa y aún así, tardaría unos cuatro meses.

Axel acaba de hacer algo que nos da la suficiente información para poder encarcelarlo. Las cámaras de seguridad que la policía instaló en el lugar que con anterioridad era el Deadly Fights, lo vieron cargando la maleta que los oficiales no pudieron recoger esta mañana.

Sullivan y Lefevre se preparan al igual que otros agentes para ir por él antes de que salga del radar. Cuando están apunto de salir, Mark y yo hablamos al unísono.

—También iré.

Ambos giran sobre su propio eje antes de decir un rotundo "no". A lo lejos logramos escuchar como Juliette llama a Pierre, dejándonos solos con Carter y su mal carácter.

No pasó mucho tiempo cuando ya perdió la paciencia y terminó aceptando nuestra petición. La única regla que puso, fue que nos quedáramos en la camioneta. Regla que obviamente no cumpliremos.

De camino al Deadly Fights uno de los hackers nos avisa que Axel se está moviendo con rapidez. Tenemos tres minutos para llegar, antes de que se vaya. Una vez estamos frente a los callejones que nos llevarán al paradero de Axel, Carter y todos los demás se bajan de la camioneta con ametralladoras en mano.

Solo quedamos Mark, el hacker y yo en la camioneta blindada, cuando veo como los agentes desaparecen de mi campo de visión al adentrarse entre los cruces del callejón.

El sonido que producen las teclas de la laptop al ser presionadas unas diez veces por segundo, por el hacker, empieza a volverse insoportable. De repente, logramos oir estática, proveniente de uno de los radios.

Dicha estática, desaparece luego de unos segundos, dejando que podamos percibir la voz agitada de Pierre.

—Pide refuerzos. Son al menos quince hombres armados.

—Ustedes también son quince —responde el hacker.

—No tenemos la certeza de que solo estén esos quince. Tal vez hayan quince más rodeando el lugar.

—Espera un momento —teclea unas cosas antes de volver a hablar —Yo no puedo verlos. Ellos no aparecen en las cámaras.

—Están escondidos estratégicamente. Pudimos darnos cuenta de que estaban aquí porque logramos ver a varios moviéndose de lugar.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora