CAPÍTULO XIX

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El error.

MADDISON.

¡Me encanta! —exclama mamá en la videollamada.

—¡Le encanta! —aparece papá en el comedor —¿Qué le encanta? ¿Qué hagan su vídeollamada en mi laptop y no me dejen trabajar?

Habla con falsa emoción. Se sienta a mi lado y mamá se ríe.

Su vestido es lo que me encanta —aclara mamá y este asiente.

El timbre de mi móvil suena con una llamada entrante de Carter, me alejo del comedor, no sin antes despedirme de mamá y subo las escaleras a la vez que contesto.

—Detective.

Müller. Necesito que no salgas de casa.

—¿Qué? ¿Por qué?

No seas testaruda en este momento. Quédate en casa. Mark y tú conseguían más información porque pasaban desapercibidos entre los adolecentes y no se veía extraño que se acercaran mucho a Griezman, pero no creo que deban seguir.

—¿Por qué? ¿Por qué el asesino escuchó nuestra conversación en la enfermería? ¿Por qué recibí una carta de amenaza? —me molesto.

Sí. Exactamente por eso.

—No me interesa. Haré mi investigación a parte como lo hacia al principio.

Maddison no....

Lo dejo con la palabra en la boca cuando corto la llamada y me meto en mi habitación tomando mi laptop. Le envío un mensaje a Mark explicándole el nuevo plan y su afirmación llega a los pocos minutos. Entro al Hacksystem y empiezo a buscar códigos que me permita ingresar nuevamente en los portátiles de Sullivan y Lefevre.

Cuando logro conseguir el código entro al sistema de Carter y reviso sus últimas conversaciones. Salgo del sistema cuando doy con lo que busco. El lugar en donde se encuentra Connor.

—¡Voy a salir! —grito bajando las escaleras.

—¡Aguanta! —papá sale de su despacho —¿A dónde vas?

—Saldré con Mark —miento.

—¿A esta hora?

—Apenas son las siete.

—Si, bueno.... Cuídense.

Asiento. Sigo bajando, me cuelgo la mochila que preparé anoche y dejé bajo el sofá revisndo tener todo y sin reodeos salgo de casa.

Unos minutos después me encuentro al frente del edificio en donde vive Connor, me escondo detrás de unas cajas cuando diviso su figura saliendo del ascensor.

—Cierra la boca. Se lo que hago.

Vocifera al móvil cuando sale de las instalaciones de su vivienda. Se encamina hacia no se donde y le sigo el paso lenta y disimuladamente, apago el móvil para evitar inconvenientes.

«Que Mark no llame, que Mark no llame.» suplico una y otra vez.

A Mark le dije todo menos que saldría a espiar a Connor sola. Lo sigo hasta que llegamos a un lugar que reconozco bastante. Las calles rojas. Kile me dijo que por aquí se encontraba el Deadly Fights; nunca había venido y se supone que la policía había cerrado este lugar.

Pierdo a Connor de vista cuando me adentro a los callejones. Con pasos temblorosos hago caso a las indicaciones que me dió Kile aquella vez para llegar. Luego de unos minutos llego a un tercero amplio con una casa al fondo.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora