CAPÍTULO III

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Suceso.

MADDISON.

Detesto tener que levantarme temprano solamente para venir a un instituto de porquería pero heme aquí a las siete de la mañana un lunes tratando de pasar por los pasillos que están abordados de estudiantes.

Empujando a todo el que se me atraviesa logro llegar a mi casillero. Lo abro y ordeno lo que utilizaré en la primera clase y para cuando lo voy a cerrar logro divisar la figura de Liam hablando con los chicos. Mark levanta la mirada, me saluda con la mano y me hace un ademán para que me acerque. Desvio la mirada fingiendo buscar algo más ignorando su propuesta por completo.

—Maddie, Madd, Madd, Maddie, Madd —canturrea Mark posandose a mi lado fingiendo tocar la batería con los dedos.

—Mm.. Hola Mark, no me llames "Maddie".

—Esta bien Maddie —musita en todo divertido y no disimulo el ápice  de desagrado que me invade por la abreviación de mi nombre—Te caché mirando a Liam, cariñito —mueve las cejas de arriba a abajo con perversidad.

—¿De qué hablas? —finjo inocencia.

—Oh vamos, no te hagas la que no sabes. ¿Por qué no lo admites? ¿Eh? —se recuesta sobre los casilleros.

—No sé de que hablas y debo irme a clases así que, hasta luego Mark —trato de pasar por su lado pero se atraviesa.

—Ayer le mandé un mensaje a Noah avisandole que con los chicos iríamos mañana a comer pero al parecer estaba algo ocupado con un trabajo que tenía que hacer contigo.

—Si, así es.

—Bueno, el caso es que si querían ir con nosotros a cenar. Ya sabes, la comida es muy sabrosa, iremos a comer en un restaurante bien pijo y abrá comida —dice lentamente como si quisiera convencerme y suelto una carcajada que resuena en todo el pasillo.

—Yo... —intento alegar pero me interrumpe.

—No aceptaré un no como respuesta. Le pediré a Noah que me de tu número y te enviaré la dirección. Nos vemos cariñito —me guiña un ojo y se va nuevamente con los demás.

•••

El salón es un nido de adolescentes hablando, murmurando y riendo. El profesor de idiomas Antoine Roussel no ha llegado y todos aprovechan aquel retraso. Noah y Cass se encuentran a mi lado. Noah escuchando música y Cass viendo de reojo a Liam que se encuentra al otro lado del salón.

—Buongiorno ragazzi —saluda el profesor posandose frente a su escritorio. Todos se quedan en silencio —Lamento la tardanza.

«Buongiorno ragazzi: Buenos días jóvenes.»

—Buongiorno —decimos al unísono.

El profesor empieza a explicar la actividad que se llevará a cabo hoy mientras que todos anotamos en nuestras libretas lo que nos resulta interesante excepto Noah que sólo hace garabatos.

—Repitan conmigo: Quella ragazza ha una bellezza ineffabile.

«Quella ragazza ha una bellezza ineffabile: Esa chica tiene una belleza inefable.»

—¿Qué demonios acaba de decir? —susurra Noah a mi lado.

—Que pareces gilipollas —responde Cassandra burlona, Noah la asesina con la mirada y yo suelto una risa silenciosa.

—Quella ragazza ha una bellezza ineffabile —repetimos al unísono.

La clase continua pero me es imposible concentrarme con Noah quejándose a cada minuto. De vez en vez le dedico miradas de reproche que ignora para volver a quejarse.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora