CAPÍTULO XXIX

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La fiesta.

MADDISON.

De camino a la cafetería en donde me reuniré con Diana, respondo todos los mensajes que tengo y me sorprendo con el "feliz navidad" de Liam, sin embargo, le respondo como a todos los demás. Mientras espero a que el semáforo cambie a verde, una chica se para al otro lado de la calle y la reconozco de inmediato. Es Cassandra. Lleva unos lentes oscuros que tapan casi toda su cara y una chaqueta sumamente ancha.

Una mujer que al parecer va algo apresurada, choca contra ella haciendo que se le caigan los lentes. Cuando se levanta puedo ver el moretón que tiene en el ojo izquierdo. «¿Qué demonios?» se da cuenta de mi existencia y se vuelve a colocar los lentes ignorándome por completo.

El semáforo cambia y ambas avanzamos, no obstante, detengo su paso cuando me paro frente a ella en medio de la calle. Necesito que me responda una sola cosa, no me interesa si grita que soy una mierda. Ya me hirió una vez y no volverá a hacerlo de esa forma.

—¿Quién te....?

—Creo que fuí bastante clara cuando dije que no te me acercaras más.

Pasa de largo. No puedo creer que intentara entablar una conversación con ella, pero sin importar lo que me haya gritado aquél día, descubriré quien le hizo esto, así tenga que acercarme a Liam. Sigo mi camino hasta la cafetería. Diana me saluda a través del cristal y le devuelvo el gesto.

—¡Hola, feliz navidad! —me abraza apenas me acerco.

—¡Feliz navidad, Diana!

Pedimos unos cafés y ella empieza a contarme algunas anécdotas de su vida. Al principio le presto atención, pero luego me sumo en mis pensamientos. Pensamientos causados por lo que pasó hace algunos minutos. Con Cassandra no hablo desde el día que discutimos. Dicho día en el que también conocí a Diana.

Se me hace muy extraño que alguien la haya golpeado con tanta fuerza, ya que ella no es de meterse en problemas y no sé porqué, pero a mi mente solo viene una persona. Ayer le escribí feliz navidad y lo único que hizo fue dejarme en visto y literalmente ahí me convencí de que nunca recuperaría mi amistad con Cassandra.

—¿Maddison?.... ¡Maddison! —Diana vuelve a llamar mi atención.

—¿Sí?

—¿Me estabas escuchando?

«La verdad es que no.»

—Ehh... pues.

—No te preocupes. Mira, te traje un obsequio.

Frunzo el ceño y me pasa una caja que contiene un hermoso brazalete en su interior. No puedo evitar sentirme mal por no haberle comprado nada, intento decir algo, pero no me lo permite.

—Esa cara me dice que no te ha gustado. Puedo cambiarlo si así lo deseas.

—Oh, no. Lo que pasa es que yo no te traje nada y....

Se toma un sorbo del café y niega con la cabeza.

—No importa, pero ya, en serio, ¿Te gusta?

—Me encanta, gracias —sonrío.

Se toma un tiempo antes de verme fijamente. Sus ojos tienen un brillo bastante peculiar que lo logro identificar. Sus facciones cambian bruscamente y si no fuera porque estamos en una cafetería ya me hubiese ido corriendo.

—¿Sabes algo de una chica llamada Cassandra Howard? —su voz tiene un ápice de desagrado cuando menciona el nombre de Cass.

—¿Cómo así? —intento hacerme la desentendida.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora