MADDISON ©

CAPÍTULO XLII

Ahora sólo queda uno... ¿O dos?

CARTER.

Con ambas manos tomo la manta blanca antes de cubrir el rostro de Erick Müller. Junto al forense salgo de la morgue y él es el primero en hablar.

—Efectivamente fue un disparo directo al corazón. Lamento que haya tenido que presenciar eso detective Sullivan —pasa a un lado dándome unas leves palmadas en el hombro.

«Estoy acostumbrado a ver cosas como éstas. Es parte de mi trabajo, sin embargo, esto no me lo esperaba» pensé.

Retiro los guantes y todas las cosas que me hicieron poner antes de entrar en esa habitación para luego salir del hospital. De camino a la central un embotellamiento me obliga a revisar algunos documentos mientras que los otros carros se mueven un centimetro por minuto.

Al llegar debo interrogar a Jacob, luego tengo que reunirme con el juez para ver cuando se llevará a cabo el juicio y supuestamente Pierre tiene algo muy importante que decirme.

En pocas palabras, hoy tendré un día atareado y gracias a este embotellamiento dudo mucho que llegue a tiempo. Luego de unos minutos que se sintieron como horas vuelvo a trazar mi camino hacia la central cuando recibo una llamada de Pierre.

Tomo el celular antes de contestar y colocarlo sobre mi regazo en altavoz.

—Necesito tu ayuda —menciona rápidamente.

—¿Qué sucede?

—La madre de Maddison llamó. Dijo que en las últimas semanas su hija había estado saliendo muchas veces y no le decía a donde o con quien, cosa que la tiene preocupada.

—¿Y eso que tiene de malo? Es una adolescente, debe salir con Mark y no le dice porque... No sé, así son los de su edad —en mi voz se puede palmar la confusión.

—Ese es el problema. No sale con Mark... Ella va al....

Y ahí entendí a que se refería. Hace unos días descubrimos que Maddison asistía a un lugar en particular y ella nos hizo jurar que no le diríamos a nadie, ya que ella lo haría cuando se sintiera segura.

—Dile que no sabes nada, que lo mejor será que no ataque a Maddison con mil preguntas y que espere a que ella tenga la confianza de contarle a donde está yendo.

—No me gusta mentir.

—Haz lo que quieras. Al final Maddison se enterará de que todo salió de tu boca, no de la mía. Voy llegando.

Y colgué. Estaciono en el mismo lugar de siempre, tomo mis cosas y salgo del auto para encaminarme hacia mi oficina. Por los pasillos me encuentro con Pierre que se frena frente a mí.

—Le dije a la madre de Maddison lo que dijiste porque no quiero problemas con la chica.

Asiento con la cabeza.

—¿Qué era lo que tenías que decirme? Eso que supuestamente es muy importante.

—Te lo diré cuando me desocupe. Debo asistir a los laboratorios justo ahora.

Pasa de largo y por mi parte sigo caminando hasta llegar a mi oficina. No llego a poner la mano en el pomo de la puerta, cuando la voz de Juliette me hace voltear hacia ella.

Sus ojos me observan con sigilo, como si estuviera procesando lo que está apunto de decir, sin embargo, cuando abre su boca para hablar se ve obligada a cerrarla nuevamente debido a la persona que viene corriendo en dirección a nosotros.

—Detective —la voz del oficial es entrecortada debido al cansancio —Ya no podrá interrogar al joven Jacob O'connel.

—¿Por qué? —frunzo el ceño.