CAPÍTULO XXV

70 20 10
                                    

El secuestro.

MADDISON.

Una enfermera me ofrece una pastilla, me niego a tomarla, pero un punzante dolor en la parte trasera de mi cabeza me hace cambiar de opinión. Explica que tuve una fuerte contusión y que me tuvieron que suturar el área afectada. Por inercia paso la yema de mis dedos por mi cabeza hasta hallar lo que busco. La textura de los hilos me dejan palpar que tan grande es la herida y retiro mi mano cuando empieza a doler nuevamente.

La mujer sale de la habitación, dice algunas cosas y de inmediato pasa mi familia. «Estoy muerta.» mamá, papá y Russel tienen una cara de querer asesinarme que honestamente da miedo. Tailer tiene los ojos hinchados de tanto llorar y Kile tiene una preocupación bastante evidente.

—¡¡Más te vale que puedas explicar que carajo hacías...!!

Carter toca la puerta interrumpiendo el sermón de mamá. Lo invitan a pasar.

—Antes de que quieran enojarse con su hija e hijastra —ve a Russel al decir lo último —Quisiera preguntarles algo.

Todos asienten.

—Señora Thamara, si un anónimo le enviase una carta diciendo que le hará daño a Russel si usted no asiste a tal lugar, ¿Qué haría?

—¿Daño? ¿A qué se viene todo esto?

—Para ser más específico, matarlo.

—Iría sin dudarlo —responde de inmediato.

—¿Y si fuese Erick el amenazado a muerte?

—Igualmente.

—¿Y ustedes? —se dirige a los dos hombres —¿Irían si se tratase de la señora Thamara?

Asienten al unísono y Kile sonríe al ver la estrategia que está empleando Carter. Intento no hacer lo mismo.

—Pues, déjenme decirles que Maddison tomó la misma decisión que ustedes —incredulidad es lo único que sus rostros demuestran —A ella le llegó una carta diciendo que matarían a Mark de no ser que ella asistiera al bosque a las once y media de la noche, también la amenazaron con matarlo si decía algo y... ¿Qué creen que hizo la chica aquí presente?

Espera a que respondan, pero no lo hacen. Están procesando cada palabra que Carter acaba de soltar.

—Hizo lo que ustedes harían, así que no tienen motivos por los cuales enojarse. Vendré en unos minutos.

Sale de la habitación guiñandome un ojo antes de cerrar la puerta detrás de sí. Mamá se traga el sermón que ni siquiera tuvo la oportunidad de empezar y un doctor entra con unos papeles.

—¿Maddison Müller?

—Sí.

—¿Madd no se está muriendo? Por favor, diga que no —Tailer comienza a llorar y el doctor lo tranquiliza diciéndole que estoy bien antes de explicarme el estado en el cual me encuentro.

—La contusión que tuviste no tendrá secuelas, la ruptura causada por el golpe sanará en unas semanas y solamente tendrás que tomar medicamentos para la inflamación. Estarás bien.

Esa última frase era lo que todos necesitábamos para volver a respirar con normalidad. El doctor se va y a los minutos todos imitan su acto. De inmediato entra Mark acompañado de Carter y Pierre.

—¿Cómo te sientes? —Mark se acerca y toma mi mano.

—Bien, pero... Estás sudando.

—Hay calor.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora