CAPÍTULO XXXIII

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Tipo de narrador: Omnisciente.

Scrambler Café.
01 de Enero de 2021.
Moscú - Alemania.
10:30 a.m.

Diana espera con afán a que su contacto llegue al café en donde quedaron por verse, mientras que disfruta olfativamente de su café. Luego de unos minutos, el hombre llega y la chica es la primera en hablar.

—¿Tienes lo que te pedí?

—Sí. Se me hizo casi imposible conseguir la mercancía, pero la tengo. ¿Qué estás haciendo ahora?

—No es nada grave.

El hombre la ve con el ceño fruncido.

—Tú jamás haces cosas que no sean demasiado graves.

Diana suspira y ve a la persona que se encuentra sentada frente a ella, directamente a los ojos. Antes de hablar se coloca unos lentes de sol y se prepara para irse, dando a entender que no le dará largas al asunto.

—Una persona tiene algo que me pertenece y no solo eso.... Quiero vengar a mi padre.

Se levanta, pero las palabras del hombre la hacen caer en la silla nuevamente.

—¿Dónde están Lionel, Marcello y Matteo?

—El primero está muerto y los otros dos están en una celda.

—¿Sabes lo que estás haciendo? —pregunta el hombre con algo de preocupación por la chica.

La risa de Diana hace eco por el lugar.

—No soy cualquier persona y esa es la razón por la cual Lionel no me dejó el Deadly Fights a mí. Él sabía de lo que soy capaz —él asiente —Tengo algo planeado y necesito que ni tú, ni nadie se entromentan en mi camino.

La chica sale del lugar seguida por el sujeto. De una camioneta negra saca una maleta. Dicha maleta contiene los 26 kilos de cannabis que pidió hace unos cuantos meses. Su contacto le entrega su nuevo pasaporte falso, su nueva identificación y un par de llaves.

—Las llaves son del apartamento que me pediste.

—Perfecto —es lo único que dice la pelinegra antes de irse.

En el apartamento se encuentra con todo lo que necesita. Armas, computadoras, teléfonos desechables y lo más importante. Un agente de la central Francesa. El agente se mueve con desesperación en la silla, pero las cuerdas que lo atan, no le permiten moverse con total libertad.

Diana cierra la puerta con llave antes de acercarse al agente y quitarle la mordaza de la boca.

—Hola, Paul. Es un placer conocerte, al fin.

El oficial Paul desapareció un día después de que sucediera la muerte de Cassandra. Las autoridades no lo han podido encontrar, pero la búsqueda sigue en pie.

—¿Quién demonios eres? —el odio en la voz del oficial es más que evidente.

—Me llamo Greta Becker —utiliza su nueva identidad a la hora de presentarse.

—¿Qué es lo que quieres?

Pone una silla frente a la de él y toma asiento antes de sacar una navaja de la gabardina negra que carga sobre el ajustado vestido del mismo color.

—Necesito ayuda para hackear los sistemas de la central Francesa. La he estado hackeando todo este tiempo, pero ahora necesito que otra persona lo haga por mí.

—Tú eres el hacker.

—Descubriste América en un vaso de agua —el sarcasmo de la pelinegra lo hace enojar aún más.

MADDISON ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora