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"Comida, baile, acuario y apuesta."

La habitación estaba solo iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana, haciendo que los ojos de ambos chicos brillaran cual luceros, Katsuki acarició el rostro de la peliverde, acercándose de a poco a ella para luego unirse en un ti...

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La habitación estaba solo iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana, haciendo que los ojos de ambos chicos brillaran cual luceros, Katsuki acarició el rostro de la peliverde, acercándose de a poco a ella para luego unirse en un tierno beso que prometía dejarlos a ambos sin aliento, la chica colocó su mano sobre la de Katsuki, disfrutando lo que prometía ser uno de los mejores besos que el rubio le había dado, haciendo que una corriente de sensaciones se insertaran en su espalda y abdomen bajo, se sentía como la electricidad recorría todo su cuerpo.

El rubio comenzó a caminar, haciendo que la parte de atrás de las rodillas de la chica chocarán con la cama de esta, haciéndola perder el equilibrio y caer junto con el más alto, ambos rieron y siguieron dándose pequeños besos. El de ojos rubíes no tardó en separarse de la chica y sonreír, abrazando a esta como si fuese la última vez que la tendría frente a él.

— No creas que será lo mismo, tendrás que ganarte mi confianza y demostrarme que cosas así no van a volver a pasar.— dijo ella, correspondiendo el abrazo del rubio mientras hacía un pequeño puchero que no era visible para él.

— Lo entiendo, no arruines el momento, bruja.— dijo él con una sonrisa, por más que no fuera igual el estaba feliz por poder tener otra oportunidad.

— No quiero que cambies todo por mi, me gustas tan y como eres, solo quiero que cambies eso la agresividad y comiences a pensar las cosas antes de decirlas, se que haz madurado mucho desde la secundaria. Puedo notarlo.— dijo ella con una sonrisa.— por más que no te guste se que respetas a mi hermano y lo ves como un rival tan hábil como Shoto y eso me gusta, solo, no te pases.

El rubio refunfuño, haciendo que la chica riera, acto seguido se escuchó como se abría la puerta de entrada a la casa:— ¡Ya estamos en casa!— gritó Mitsuki, razón por la cual ambos chicos se separaron, por más que querían estar juntos el hambre les ganaba.

Al llegar la peliverde comenzó a dar saltos pequeños mientras observaba a su madre reír, después de todo, Inko era consciente de que su hija solía emocionarse cada vez que le daban algo, ya sea para comer o un simple y pequeño regalo, por su parte Katsuki se colocó frente a Izuku, el cual llevaba una bolsa en su mano con comida que previamente le había ordenado Katsuki, después de todo el mellizo de la peliverde fue el cómplice para que el rubio lograra que lo perdonaran.

— ¿Donde está mi comida, Nerd de mierda?— dijo el con las manos en su cintura.

El peliverde colocó la bolsa de comida frente el Katsuki, el cual la tomó bruscamente, sin embargo, cuando estaba por irse observo como la chica sonreía con felicidad mientras observaba su comida:— Gracias.— dijo él, observando al pecoso.

— No es nada, Kacchan.— dijo el con una sonrisa.

Con su habitual ceño fruncido el de ojos rubíes se alejó del lugar caminando a zancadas para luego sentarse en la mesa y comenzar a comer.

Entre héroes y villanos • Boku No Hero Academia Y Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora