capítulo 37: exámenes

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Lo primero que escuché en cuanto pasé por la puerta del retrato fue la voz de Hermione. En un principio pensé que la habían vuelto a interrumpir, pero no podía estar más equivocada.

- ¡Traen a un verdugo a la sesión de apelación! Es como si ha estuviera decidido.

Me acerqué a ellos, decidí no meterme en la conversación así que simplemente me senté al lado de Ron.

- si, eso parece - dijo Harry pensativo.

- ¡No pueden hacerlo! - gritó Ron, haciendo que me sobresaltara - ¡Hemos pasado años leyendo cosas para su defensa! ¡No pueden pasarlo todo por alto!

- pueden gracias a Lucía Malfoy - dije por lo bajo, aunque posiblemente me escucharon.







Comenzó la semana de exámenes y el castillo se sumió en un inusitado silencio. Los alumnos de tercero salimos del examen de Transformaciones el lunes a la hora de la comida, agotados y lividos, comparando lo que habíamos hecho y quejándonos de la dificultad de los ejercicios, consistentes en transformas una tetera y una tortuga.

- ¡La mia tenía un pitorrill en vez de cola! ¡Que pesadilla...!

- ¿Las tortugas hechan vapor por la boca?

- la mía seguía teniendo un sauce dibujado en el caparazón. ¿Creéis que me quitarán puntos?

Después de una comida apresurada, la clase volvió a subir para el examen de encantamientos. Y como solía pasar, Hermione tenía razón y el profesor Flitwick puso en el examen los encantamientos regocijantes.

Los más divertido de ese examen fue cuando Harry se pasó con su encantamiento y tuvieron a llevarse a Ron a otra habitación porque le dio un ataque de risa bastante fuerte.

Después de cenar, los alumnos nos fuimos inmediatamente a nuestras respectivas salas comunes, pero no a relajarse, la mayoría a estudiar para el examen de Cuidado de Criaturas Mágicas, Pociones y Astronomía.

Hagrid presidió el examen de Cuidado de Criaturas Mágicas, que se celebró la mañana siguiente, con un aire ciertamente preocupado. Parecía tener la cabeza en otra parte, cosa que no me extrañaba con todo lo que estaba pasando en el caso de Buckbeak.

Había llevado un gran cubo de gisarajod al aula, y nos dijo que para aprobar teníamos que conservas al gisarajod vivo durante una hora. Cómo los gisarajod vivían mejor si se los dejaba en paz, resultó el examen más sencillo que habíamos tenidos nunca, y además nos concedió a los cuatro una oportunidad de hablar con Hagrid.

- Buckbeak está algo deprimido - nos dijo Hagrid, inclinándose un poco, haciendo como que comproba aque el gisarajod de Harry seguía vivo - ha estado encerrado demasiado tiempo. Pero... En cualquier caso, pasado mañana lo sabremos.

Aquella tarde tuvimos el examen de Pociones, teníamos que hacer una receta para confundir, lo cual me salió bastante bien, lo mejor de esa clase fue la cara de sorpresa de Snape cuando vio que mi trabajo estaba perfecto.

A media noche, arriba, en la torre más alta, tuvimos el de Astronomía. Durante esas horas no pude concentrarme, no dejaba de pensar y de imaginarme a mí con Draco por toda la sala, nos veía sentado en el suelo, apoyado en la barra,...

El miércoles por la mañana el de Historia de la Magia, el cual tampoco me salió nada mal. El miércoles por la tarde tuvimos el de Herbologia, en los invernaderos, bajo un sol abrasador. Luego volvimos a la sala común con la nuca quemada por el sol y deseosos de encontrarnos al día siguiente a aquella misma hora, cuando todo hubiera finalizado.

El penúltimo examen, la mañana del jueves, fue el de Defensa Contra las Artes Oscuras. El profesor Lupin había preparado el examen más raro que habían tenido hasta la fecha. Una especie de carrera de obstáculos fuera, al sol, en la que tenía.ls que bardear un profundo estanque de juegos que contenía un Grindylow; atravesar una serie de agujeros llenos de gorros rojos; chapotear por entre ciénagas sin prestar oídos a las engoñosass indicaciones de un Hinkypunk; y meterse dentro del tronco de un árbol para enfrentarse con otro boggart.

Todo me había salido bien hasta llegar al árbol del boggart.

Me detuve en la entrada a esperar que Hermione saliera por el otro lado.
La verdad es que no quería entrar, porque sabía lo que iba a salir, sabía lo que iba ha hacer, y sabía cómo iba a reaccionar. Vi como Hermione salía gritando.

- ¡Hermione! - dijo el profesor Lupin sobresaltado - ¿Que ocurre?

- la pro...profesora Mcgonagall - dijo Hermione con voz entrecortada, señalando al interior del tronco - me... ¡Me ha dicho que me han suspendido en todo!

- bueno, bueno, tranquilizate... Robin pasa ya - dijo Lupin mientras traía una botella de agua para Hermione.

Me quedé paralizada insegura, no quería pasar, sentí una mano sobre mi hombro, me giré para ver quién era.

- tranquila, no es él de verdad, no podrá hacerte daño - sus palabras me tranquilizaron - no me hagas entrar a salvarte - dijo con una sonrisa, yo también le sonreí.

- gracias - él se alejó y yo caminé hacia el interior del árbol, sentía como todo el cuerpo me temblaba.

El tronco hueco estaba muy oscuro, aunque era bastante grande, solo se iluminaba por un par de velas flotantes.

Un pequeño armario se abrió cuando levanté la varita. Las velas se apagaron. Me quedé en silencio, intentando que mi vista se adaptará a la oscuridad para poder por lo menos distinguir entre las sombras. Pero nada, no veía nada.

Era axfixsiante, sentía como si la oscuridad me estuviera encerrando, hasta me costaba respirar por el agobio. Me di la vuelta, no veía la luz del exterior.

Entonces caí en la cuenta.

Alcé la varita temblorosa.

- ¡Riddikulus! - grité, un pequeño rayito de Luz salió de mi varita y se perdió en la oscuridad. Esperé unos segundos. Fue como si la oscuridad se derritiera a mi alrededor dejándome ver las paredes del tronco. Lo había conseguido.

Salí por el lado contrario del que había entrado. Allí estaban Harry, Ron, Hermione y el profesor Lupin.

- ¿Que tal te ha ido? - dijo Ron cuando me detuve delante de ellos, fruncí el ceño y me dirigí al profesor.

- no sé qué es lo que ha pasado, no salió el mismo boggart que la otra vez. - Lupin sonrió ampliamente.

- eso es porque tú mayor miedo a cambiado. No te has concentrado en el mismo miedo que la otra vez, ¿Verdad?

- no, intentaba pensar en otra cosa y...

- ¿Puedo saber qué ha salido? - me interrumpió amable.

- nada... Solo había oscuridad, las velas se apagaron, no sabía lo que pasaba, no sabía si había algo...

- ¡Maravilloso! - volvió a interrumpir me alegra. - querida Robin, tú mayor miedo, es la ignorancia.

CAOS... (Draco Malfoy Y Tú)//1°parte Finalizada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora