Capitulo 28: el señor Collway

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Ahora mismo nos encontrábamos en el despacho de la profesora Mcgonagall, Dumbeldor estaba sentado en su silla enfrente de la mesa, mirando a mi padre con una expresión amable pero sería a la vez, Mcgonagall estaba de pie a su lado, con la espalda bien recta, las manos entrelazadas en la parte de delante y su cara seria.

Al parecer mi padre se había plantado aquí a los cinco días después de mi desaparición para hablar sobre lo ocurrido. Si algo tenía claro, es que estaba bien jodida.

Dumbeldor le explico lo que había pasado, pero también le dejo "claro" que sabía cómo "solucionar" las cosas y que sólo era cuestión de tiempo.

- en unas semanas, mi hija a visitado más veces la enfermería que yo en toda mi vida. - dijo con un leve tono enfadado.

Yo permanecía sentada con la cabeza agachada en una silla al otro lado de la mesa al lado de mi padre.

- envié a Robin a este colegio para alejarla del peligro, no para exponerla más a él.

- le aseguro que lo sucedido son hechos aislados.

- Padre, por favor, déjelo ya, no me ha pasado nada, estoy bien - dije intentando no sonar impertinente.

Sí, le llamo de "usted", puede que al principio de mi vida fuera por respeto o por admiración, o simplemente imitaba la forma de llamarle de mis hermanos mayores. Pero desde hace unos años que me do cuenta que no le llamaban así por eso, sino por miedo. Los tres le hablanos de "usted" porque teníamos miedo.

- ¡No te pasó por muy poco! ¡Por Dios, Robin, has estado en una cama de la enfermería dos días enteros! ¡Y varias veces has estado mucho más tiempo! - nos quedamos un rato en silencio.

- vale, puede que haya tenido algún que otro accidente - dije levantando la mirada un poco pero sin llegar a mirarle - Pero no ha sido nada grave, yo y mis amigos...

- tus amigos - me interrumpió con una cara de asco, ya era una conversación entre él y yo - ese es el problema, ¿Cierto? He escuchado que te juntas con ese Potter y unos Weasleys, y por si no fuera poco con una sangre su...

- le pido que no termine esa frase señor Collway - le interrumpió Dumbeldor en tono serio pero sin llegar ha ser amenazante, mi padre hizo una mueca.

- no me gustan esas amistades que tienes, cámbialas, te ponen en peligro. - dijo dejando por concluido ese tema.

- ¿Has terminado? - dije enfadada y borde, con los brazos cruzados y ya mirándole a los ojos sin miedo.

- no, si vuelve a llegar a mis oídos que vuelves a la enfermería, aunque sea por unas horas, volveré y regresarás a Durmstrang.

- no - dije negando con mi cabeza y mirando enfadada a mi padre - no volveré a Durmstrang, no puedes obligarme. - en estos momentos agradecía que Dumbeldor y Mcgonagall estuvieran aquí, me brindaban protección, sin ellos nunca me habría atrevido a contestar.

- sí, si puedo - dijo calmado pero con una mueca de enfado, sabía que aquí no tenía poder - eres mi hija y harás lo que se te manda.

"No soy tu hija"

- ¿Y si no quiero?

- no importa, recuerda, hiciste un promesa, y las promesas se cumplen, siempre - me quedé paralizada en el sitio, en el fondo sabia que tenía razón, no tendría opción si llega ese momento. - profesor Dumbeldor, profesora Mcgonagall, hija - se despidió con respeto antes de salir por la puerta.

- profesor Dumbeldor, profesora Mcgonagall, tiene. Que hacer algo - dije con miedo en la mirada y acercándome a la mesa, ellos me miraban con compasión - no pueden dejar que vuelva a Durmstrang.

- lo siento, Robin, pero no podemos hacer nada - dijo Mcgonagall con tristeza.

- imagino que usted tampoco, ¿Verdad? - le pregunté a Dumbeldor desilusionada y echándome para atrás, él negó con una mueca. - disculpen - salí del despacho.

Vi como mi padre cruzaba el doblaba la esquina del pasillo al fondo y se dirigía hacia la salida del colegio, yo caminé en la dirección contraria, en el camino me encontré con Ron, Harry y el profesor Lupin, al parecer este último les estaba regañando. Cuando me vieron llegar me saludaron desanimados, el profesor me dedicó una sonrisa amable y luego se marchó.

- ¿A que vienen esas caras largas? - pregunté un poco apagada, aunque intentaba sonar activa, no funcionó.

- Lupin me ha confiscado el mapa, después de salvarnos del profesor Snape. - explicó Harry desanimado.

Caminamos por los pasillos hasta la torre de Gryffindor mientras que los chicos me contaban lo que había pasado, en un momento nos encontramos a Hermione, no sé exactamente lo que dijo, ni lo que contestaron los chicos, no estaba prestando atención, tenía mis propios problemas.

Para cuando me di cuenta ya estaba sentada en un sofá de la sala común al lado de Hermione.

- vaya, al parecer hoy no hay buenas noticias para nadie. - solté de repente al pillar que Hagrid había perdido el juicio y que Buckbeak había sido condenado.

- ¿Mala suerte tu también? - me preguntó Hermione con una mueca, yo asentí con la mirada baja.

- ha venido mi padre. - me quedé en silencio un rato.

- por lo visto no te ha dicho nada bueno - dijo Ron echándose hacia atrás y tomando un sorbo de los ir fuera que llevara esa taza blanca que tenía en las manos.

- ¿Y que te ha dicho? - preguntó Hermione.

- en resumen, si vuelvo a la enfermería otra vez, me sacará de aquí y me llevará a Durmstrang.

- no podemos permitir que eso pase - respondió Hermione a toda velocidad y decidida.

- por supuesto que no - dijeron a la vez los gemelos, me giré sobresaltada, no sabía cuándo habían llegado ahí, estaban justo detrás mia con los brazos cruzados y una sonrisa en la cara.

- ni lo vamos ha hacer - apoyé - no pienso volver a ese lugar si puedo evitarlo...

CAOS... (Draco Malfoy Y Tú)//1°parte Finalizada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora