capítulo 53: andén 9 3/4

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Robin no había vuelto a decir una palabra desde aquella demostración de debilidad junto a Hermione, Harry y Ron preguntaban a Hermione sobre lo ocurrido, sobre sus manos vendadas.

La chica hizo un esfuerzo y recogió las cosas de su amiga mientras ella se quedaba sentada en el suelo con sus codos contra las rodillas y sus manos ensangrentadas enredadas en su pelo ondulado mientras miraba a la nada. No le preguntó por el por qué de sus acciones, no era necesario, después de escuchar lo que ocurrió de la boca de los Weasley, la única laguna que había era lo ocurrido dentro de esa habitación, ya sabía que esa habitación quedaría cerrada para todos, nadie conseguiría abrirla, solo las dos personas que estuvieron dentro serían conscientes de los límites.

- ¿Aún no habla? - le preguntó Harry a Hermione mientras observaba a su hermana con la mirada perdida a través del cristal del compartimento.

- no - dijo en tono bajo.

- no lo entiendo, ¿Que pudo provocar algo así? - dijo Ron señalando a la chica de mirada perdida.

- la mente de una adolescente es algo que no puedes entender - empezó a hablar Hermione - nunca sabréis lo que pasa por su cabeza, ya escuchasteis lo que le hizo Malfoy...

- no todo - dijo Ron interrumpiendo a la morena, los dos le miraron extrañados - no sabemos lo que pasó dentro de la habitación, ¿Que pudo ser tan grave? ¿Creéis que podría llegar a...?

- no - la voz de Robin se escuchó por primera vez - no sería capaz - dijo apartando la mirada del cristal y mirando a Ron. - no vuelvas a pensar algo así, es repugnante.

- perdón - dijo Ron bajando la cabeza intimidado, Harry se levantó de su asiento y dio un paso hasta llegar a la puerta.

- ¿A donde vas Harry? - dijo Hermione.

- ha hacer que se arrepienta de haberse metido con mi familia - dijo furioso saliendo del compartimento.

- ¡No Harry! - Hermione se levantó y fue a detenerlo pero Harry había cerrado la puerta desde el exterior dejándolos encerrados. - ¡Harry! ¡Abre la puerta! - dijo dando golpes en la puerta - ¡Robin deténlo! ¡Haz algo! - Hermione se giró a mirarla pero ella lejos de hacer si quiera un simple gesto, volvió a mirar por la ventana ignorando todo su entorno.

Entonces se fijó en un pequeño punto gris que volaba hacia el tren. El pequeño punto fue tomando forma a medida que se acercaba, era una lechuza. El animal traía una carta consigo. La lechuza era tan pequeña que iba dando tumbos a causa del viento que levantaba al tren.

Robin bajó la ventanilla rápidamente, estiró el brazo y la cogió. Introdujo con cuidado a la lechuza en el vagón. Dejó la carta en mi asiento y empezó a zumbar por todo el compartimento, contenta por haber cumplido su misión. Hedwig, la lechuza de Harry, dio un picotazo con digna actitud de censura. Crookshanks se incorporó en su asiento, persiguiendo con sus grandes ojos amarillos a la lechuza. Al notarlo, Ron la cogió para protegerla.

Cogí la carta, sentí un gran alivio al ver que era de Sirius.

Querida Robin:

Me hubiera gustado mucho haber podido despedirme de tí.
Buckbeak y yo estamos a salvo, no voy a decirte dónde por si esta carta cae en malas manos. Los Dementores siguen buscándome, estaré un tiempo desaparecido, pero no te preocupes. Hablé con Harry, llegará el día en el que podamos vivir todos juntos, como una familia.
Te debo la vida, Robin, sin ti no hubiera conseguido nada, tus padres estarían orgullosos de ti.
En este tiempo en el que esté ausente, quiero que aprendas algo. Que aprendas a perdonar. Hazlo por mí.

Fíate solo de los miembros de la Orden del Fénix, Dumbeldor te explicará lo que es, creo que ya tienes la madurez suficiente para saber sobre ello, pero evita comentárselo a Harry y a vuestros amigos. Molly también es parte, podrás hablar con ella.
Nos veremos pronto.


R

obin volvió a doblar la carta y la metió en el sobre.

- la lechuza es tuya, Ron - fue lo único que dijo antes de mirar devuelta al cristal.

Harry iba buscando compartimento por compartimento, abría enfurecido todas las puertas sin permiso llevándose muchas quejas, pero no le importaba, lo único que quería era venganza, venganza por su hermana, por Robin. Para sorpresa de todos consiguió encontrarlo en el último vagón.

Harry entró hecho una furia, ninguno de los otros Slytherins quiso intervenir en su camino, hasta Crabbe y Goyle veían que no podrían hacer nada para ayudarlo está vez.

- ¡¿Que le hiciste?! - gritó Harry con rabia mientras agarraba a Malfoy del cuello de su camisa. - ¿No piensas contestar? - Malfoy se había quedado paralizado, no se esperaba para nada que Harry apareciera de la nada y le atacara de esa forma, no le pegaba ese comportamiento. Notó el puño cerrado de Potter estrellar contra su cara, pero no sé inmutó.

- ¡Harry! - Hermione gritaba por el pasillo en busca de su amigo, había podido salir del compartimento con un encantamiento y corría hacia el final cuando escucho los gritos furiosos de Harry.

- ¡¿Que es lo que le hiciste?! ¡¿Que le hiciste en esa habitación Malfoy?!

El platinado no entendía a que se refería, no sabía de qué estaba hablando. Estaba tan desconcentrado que ni siquiera sabía cómo reaccionar a lo que estaba pasando.

Al final Harry se apartó y lo tiró al suelo.







Robin salió del tren, le pesaban los pies, estaba tan perdida en sus cosas que ni siquiera se acordó de recoger los baúles, cuando lo hizo dio media vuelta.

- ¡Hey, Robin! - dijo Fred antes de que volviera a meterse en el tren.

- tenemos tus cosas - completó George señalando los baúles enfrente suya.

- gracias chicos - les dijo casi en un susurro cuando se acercó a ellos.

- venga anímate un poco - dijo Fred pasando un brazo por encima de sus hombros y acercándose a ella.

- sí, la próxima vez que le veamos le pegaremos una paliza y ya esta - dijo George imitando la acción de su hermano por el lado derecho, quedando ella en medio de los dos.

- ¿Sabes qué, George? - dijo Fred mirándole.

- ¿Qué Fred? - ambos se sonreian entre sí, Robin sabía que intentaban animarla, también sabía que lo acabarían consiguiendo.

- creo que debería dársela Robin, será más blando que una pared... ¿No crees? - dijo mirándola a ella, Robin solo asintió con una pequeña sonrisa.

"Me encantaría golpear a Malfoy"

- ¡Fred! ¡George! - la señora Weasley se acercó con los brazos abiertos hacia sus hijos.

- hola mamá - dijeron al mismo tiempo soltándose de Robin y abrazando a su madre.

- ¡Robin, querida! Que alegría que pases las vacaciones con nosotros - dijo dándole un fuerte abrazo.

- gracias a usted por invitarme señora Weasley.

- de nada mi amor - dijo separándose y agarrándole la cara delicadamente con una sonrisa de oreja a oreja.

A unos metros de distancia de la familia Weasley se encontraban los Malfoy acribillando a preguntas a su hijo cuando lo vieron bajar del tren con un moratón en la mejilla y el labio partido, sin hablar de su ropa arrugada y su pelo desordenado.

CAOS... (Draco Malfoy Y Tú)//1°parte Finalizada//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora