Capitulo: 30

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Advertencia: R+18, lenguaje fuerte, escenas para adultos.

Lean bajo su responsabilidad.

Espero que lo disfruten y sea de su agrado

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Me escabullí de un ensayo, aun no sé porque voy a ellos si nadie volvió a contratarme para dar conciertos, o para publicidad. Gracias, Kat, maldita desgraciada. Lo hice solo porque ya habían pasado dos semanas más desde la última vez que vi a mi enfermero sexy. Necesitaba una dosis de sus labios, o de su olor. Ver las imágenes en mi habitación me volvía loco, quería tenerlo.

Tenerlo en mi piso, solo nosotros dos.

Sentía que me ahogaba, había aspirado una pequeña dosis de cocaína antes de llegar al ensayo; luego otra que me ofreció uno de los bailarines a cambio de una mamada, para "des estresarme". No había sido satisfactorio, para nada. No soportaba más, quería verlo, quería, quería... llegue al hospital al poco tiempo, me escabullí como pude, ya que habían más personas que de costumbre.

Luego de lo que paso, Hannes tuvo que darme calmantes para poder a ser una persona cuerda. Me quito las drogas y las arrojo a algún sitio. Casi no recuerdo nada de las últimas semanas, pero sé que siento mucho odio por el doctor rubio.

Hannes bajo la dosis de mis calmantes hace poco.

Dos semanas, dos malditas semanas sin verlo. Me estaba volviendo loco, había consumido solo pastillas, he ido a clubes para acostarme con hombres de cabellos azabaches. Ninguno había logrado llenar mis deseos. Fui a ese club de nuevo, solo dos veces, contratando al mismo hombre de la vez anterior.

Había funcionado, había tenido un fabuloso orgasmo luego de tantos días. Mi cuerpo había sido azotado con látigos, con varas gruesas y finas, y fui tocado en los sitios que le había pedido que lo hiciera. Pero, al quitarme el antifaz ciego, veía que era ese hombre por el que había pagado, no el enfermero.

Mi insatisfacción volvía, mis ganas de consumir también. Había tomado dos pastillas luego de eso, había aspirado una cantidad mayor de cocaína y bebí mucho alcohol. Salí en una revista de segunda en un estado no muy bueno. Hannes me regaño, viendo como poco a poco volvía a ser quien era.

Un jodido bastardo.

Lo busque por todo el piso, pero él no estaba. Pase por la oficina del doctor rubio, fruncí el ceño e ingrese. – ¿Dónde está? –pregunté, apoyando ambas manos sobre el escritorio del rubio. Él me observo sin entender, alzando una de sus gruesas cejas. –No me digas quien, porque ya sabes de quien te hablo. ¿Dónde está Levi?

–Hoy llega más tarde. –dijo, dejando los papeles que estaba revisando sobre el escritorio. –Su turno comienza en unas horas, últimamente aprovecha para ir a la biblioteca a estudiar los últimos cursos que le quedan.

– ¿Dónde? –pregunté.

–No voy a decírselo, ya que no debo. –dijo Erwin. –Ese enfermero trabaja aquí, no su interés de la semana. Ya ha venido varias veces a perturbar su trabajo, y deseo realmente que deje de hacerlo. De verdad, espero que entienda que no es bienvenido aquí.

–Tú deseos no son mi ordenes, cejon. –dijo Eren desafiándolo con la mirada. –Mi único interés es Levi. Y que te quede claro que no dejare que me lo quites. Él es mío, me pertenece. Yo marque su cuerpo y es completamente mío.

–Pues, tendrás que desistir de tu interés. Nosotros estamos iniciando una relación. –dijo. El idols función el ceño aún más, entornando sus ojos. –Llevamos tiempo hablando, lo conozco desde hace mucho. Yo fui quien le dio la bienvenida aquí.

Jodido egoísta - [Riren] - (Levi x Eren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora