VII

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No sabía ni que hora era, pero alguien llamó a la puerta con mucho cuidado.

–A delante –Respondí marcando la página del último libro que estaba leyendo.

En cuanto terminara me iría a dormir.

Mi sorpresa fue ver que era Krestel el que abría la puerta.

–Interrumpo tu lectura? –Preguntó un poco con nerviosismo.

–No estabas en el baile? –Dudé algo desconcertado.

–Ya han pasado de las 12, así que mi padre me dejó ir... y aproveché el tiempo para hablar con el dios –Explicó entrando y cerrando la puerta.

El dios de nuestra nación... solo se mostraba ante el rey, la reina y los futuros candidatos al trono en la sala sagrada que había bajo palacio.

–Y... deseas hablar conmigo de lo que te dijo el dios? –Pregunté sin entender muy bien que hacía aquí si no era por eso.

Pero me dio la razón asintiendo con la cabeza y sentándose frente a mi clavando los ojos en su tiara, que la tenía en las manos y jugaba con nerviosismo con ella.

–Yo... La verdad es que nací con una capacidad muy especial –Comenzó a explicar con nerviosismo incapaz de mirarme a los ojos–, desde siempre puedo ver cosas que los demás no, no puedo oír ni tocar esas cosas, pero si ver, cosas como fantasmas, cuando el alma de una persona abandona su cuerpo, a los dioses fuera de las salas sagradas...

–Hay un fantasma aquí!? –Salté con miedo mirando a todas partes.

Me aterraban los fantasmas! Por todos los dioses que se fuera!

–No! –Saltó con rapidez al ver mi preocupación– No hay ningún fantasma ni nada de eso, lo que quería decir es... bueno, que también puedo...

Pero le estaba costando mucho decir las cosas, como si no encontrara las palabras.

–Vas a decirme que sabes hacer magia y eres uno de los candidatos a mago de palacio? –Saqué conclusiones sin entender por qué le estaba costando tanto hablar.

–No, eso tampoco –Negó llevándose una mano a la cabeza para rascarse con preocupación.

–Entonces dime, si no es ninguna de esas dos cosas no me voy a espantar por lo que quieras decirme, no tienes de que preocuparte –Lo intenté calmar sonriendo para transmitirle confianza.

Nada podía ser peor que esas dos cosas, así que estaba bien.

–Puedo ver la unión entre dos personas... y desde que te conozco se que estoy unido a ti –Consiguió decirlo con tensión y preocupación.

Yo... unido a Krestel...

Me puse más rojo que un tomate en menos de un segundo sin saber ni como reaccionar.

Unidos...

–Di algo –Murmuró pidiéndome que reaccionara.

Pero no sabía que hacer ni que decir ni como reaccionar.

Como se supone que se reacciona a una noticia así!?

Estaba unido a un príncipe...

–Quien más lo sabe? –Murmuré callendo muy rápido en la cuenta.

–Solo mis padres y hermanos, Pure y mi guardaespaldas, pero juro por mi vida que eso no va a influenciar en los esfuerzos que estas poniendo para ser mago de palacio, Pure no permitiría que nadie fuera mago en palacio si no se lo merece –Explicó con rapidez entendiendo muy rápido por donde iba a saltar.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora