XXI

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Al final caminamos casi como dos horas hasta llegar a una barrera mágica.

–Es propiedad de palacio, pero por seguridad está oculta y cerrada a los ojos ajenos –Anunció Krestel bajando primero de su caballo.

Y lo dejó atado a un poste con enganches para los caballos asegurándose de que tuviera movilidad para llegar al barreño con agua.

Dimas hizo lo mismo mientras yo echaba cálculos de como se suponía que se bajaba sin hacerse uno daño.

La última vez mi culo beso el suelo.

–Suelta las piernas y pasa la derecha hacía este lado por detrás –Me ayudó Krestel poniéndose a mi izquierda.

–Pero así me voy a caer –Me quejé con inseguridad dejando que Dimas cogiera las riendas para también atar mi caballo.

–Yo te cojo, no te vas a caer –Me trató de dar confianza haciéndome quitar el pie del estribo izquierdo.

No se como se suponía que me quería agarrar, pero me fie de él prácticamente cerrando los ojos por el miedo.

En cuanto mis pies tocaron el suelo casi caigo hacia atrás, pero realmente Krestel me agarró.

–Me encanta cuando confías tan ciegamente en mi –Murmuró dándome un beso en la sien aprovechando el momento.

–Tonto –Farfullé con vergüenza poniéndome bien.

–Cualquier cosa avisanos –Comentó a Dimas ignorando lo que acababa de decir y agarrando mi mano.

Desde aquí se podía ver perfectamente el lago, los árboles estaban ligeramente por dejaba de nuestro nivel dando unas vistas increíbles.

Y Krestel utilizó un cristal para hacer aparecer una abertura en la barrera protectora.

Me hizo pasar a mi primero sin dudar dándoles de frente con una especie de casa color blanco y alta en forma de polígono, pero sólo una pared era de piedra, después a cada lado de la de piedra había cristales, y a partir de ahí lo que tendría que ser paredes divididas por columnas era un espacio abierto únicamente con unas enormes cortinas de terciopelo verde que casi llegaban al suelo y que las plantas que carecían por las paredes y techo del edificio parecían mimetizarse con el color.

Estaba tan embobado viendo el edificio que ni siquiera me di cuenta de donde metía el pie, para mi suerte Krestel me agarró de la cintura evitando mi caída.

Estaba rodeado por agua en una especie de canales que lo rodeaban y seguían el curso natural del río que llevaba al lago.

Había incluso peces y solo había un estrecho puente para pasar.

–Te gusta? –Preguntó con nerviosismo sin soltar mi cintura.

–Es muy bonito –Respondí con ilusión y vergüenza a partes iguales.

–No tanto como tu –Susurró Krestel volviendo a darme un beso en la sien.

–Dimas no nos puede ver ni oir? –Dudé notando perfectamente como mi cara debía de estar más Roja que un tomate.

Desde aquí podía ver a Dimas igual que podía ver todo el paisaje, aunque se veía en todo momento una especie de reflejó cristalino.

–Nop, no entrará a menos que sea estrictamente necesario –Me calmó dejando que me pegara más a él.

Y aún con la vergüenza le di un beso en los labios.

Su cara también estaba algo roja por la vergüenza, pero estaba tan ilusionado.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora