XLII

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Las puertas se abrieron y cerraron repetidas veces, chicos y chicas con la ropa ahora negra salían en su mayoría sin haber conseguido la bendición... y entonces comenzó a salir la gente que si la había conseguido.

Poco a poco la sala estaba llena y expectante a mi decisión.

Solo tenía que salir aún con la ropa blanca... solo eso... un poco más...

Caillech... lo vas a conseguir, lo se...

Y las puertas se abrieron de nuevo de par en par saliendo Caillech de entre la espesa niebla.

Nada más traspasar el marco y aún quedándose mirando el interior de la sala no se dio cuenta de que su ropa cambió por completo, sus pantalones ahora eran extremadamente flojos, aunque con una cintura alta muy ajustada, y su camisa sencilla y grande se convirtió en una camisa vaporosa de cuello mao alto y mangas cascada muy ligeramente transparente que se metía dentro del pantalón y en su cuello ahora estaba atado un lindo lazo como los de su uniforme de mago.

Ni siquiera esperé a que subiera las escaleras, yo mismo bajé con prisas cargándolo entre mis brazos.

–Lo has conseguido! –Salté casi haciéndolo saltar en mis propios brazos.

Y en cuanto volví a dejarlo en el suelo él tiró de mi para besarnos dándole absolutamente igual quien estuviera delante.

Sabía que lo conseguiría.

Entre aplausos Caillech dejó que tirara de él para subir las escaleras.

–Nuestro hilo está intacto, verdad? –Preguntó con miedo apretando con fuerza mi mano dándole igual los aplausos de nadie.

–Si, tal vez hasta se haya hecho más fuerte y todo –Lo calmé dándole un beso en la frente.

–Basta! –Cortó mi madre los aplausos casi de golpe–. Faltan 5 concursantes más!

–Madre, Caillech a superado como exigiste las pruebas –Respondí yo agarrando a Caillech por la cintura y pegándolo a mi–. Ríndete, sabes que no voy a elegir a nadie que no sea él. Tenemos la bendición.

Y aún con la nueva salida de otra chica... es que ni siquiera la miré.

–Ambos han conseguido como debían la bendición, cariño, deja que Krestel sea feliz –Se metió padre sin duda.

Madre no le respondió y aceptó la situación... pero no por ser lo que quería, sino por que frente a todos no podía montar un numerito, yo si, yo no dudaría en hacerlo, pero ella era demasiado estricta con el protocolo como para hacerlo.

Vega y Elira finalmente se tiraron a por nosotros una vez madre retrocedió.

–Te dije que lo conseguirías! –Saltó Vega más que ilusionada.

La música que anunciaba el inicio de la fiesta comenzó a tocar aunque aún hubiera participantes con Pure.

Pero rápidamente dejé de pensar en eso al sentir como Caillech se abrazaba a mi.

–Caillech, que pasa? –Pregunté preocupado sintiendo que hasta temblaba.

–Príncipe, por favor, denos el lujo de este baile como recompensa por también ser dignas de la bendición –Se metió una chica con orgullo dándole igual que claramente Caillech no estaba bien.

Y con ella otras tantas chicas y chicos.

–Lo siento, pero mi novio es el que me necesita –Respondí negándome directamente.

Como pude tiré de él lejos del baile y la celebración dejando que Elira y Vega fueran las que se pelearan con ellos.

–Si viene alguien avísanos, por favor –Pedí a Dimas después de que nos siguiera hasta los pasillos.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora