XIII

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El tiempo restante para el examen pasó más rápido todavía que los primeros días, cuando me quise dar cuenta era el día antes del examen de titulación y el verano ya se había instaurado.

Estaba extremadamente nervioso y cada día hacía un calor más sofocante.

Hoy Sur me había dicho que simplemente descansara, que mañana es cuando tendría que trabajar de verdad.

–Toma –Comentó Krestel dándome un pequeño plato con una especie de gelatinas de diferentes colores ensartadas en un palillo.

Y se sentó a mi lado con Cleo sobre su hombro también metiendo sus pies en el agua del río.

Estábamos sentados en el puente del jardín trasero viendo pasar la tarde.

El tiempo se me hacía eterno, aunque ya eran pasadas las 6.

Curioso por lo que me había traído cogí una de las gelatinas y le pegué un mordisco a una color rosa.

Sabía a fresa fresca y estaba fría, casi tanto como un helado.

Ayudaba a refrescarse.

–Todo va a salir bien, anímate –Comentó Krestel acariciando mi mejilla–. No te has quitado la expresión tensa de la cara en días.

Pero no podía evitarlo... estaba muy nervioso.

–Y si no lo consigo? O si doy mi máximo esfuerzo y solo calificó para un rango C? O peor! Un D! Yo... no se como dar más de mi, si califico en un rango tan bajo no sabré como conseguir un A –Me sinceré con miedo terminando de un bocado la gelatina.

Era extraño comer gelatina que parecía estar a la misma temperatura que un helado.

–Yo estoy más que seguro de que conseguirás una A de mínimo, pero tampoco dudo que puedas conseguir una SS –Intentó animarme con toda su confianza.

–Conseguir una SS es casi imposible, hay los magos justos en el mundo que la hayan conseguido y yo soy muy joven, conseguir una A ya sería una hazaña –Suspiré llevando mi mano con dudas hasta la suya.

Krestel me dejó agarrar su mano y apoyarme en él intentando contagiarme de su seguridad.

Ojalá tener tanta confianza.

–Di ah –Pidió consiguiendo b que volviera a abrir los ojos.

Me estaba intentando dar otra gelatina, esta de color entre amarillo naranja.

No me negué a su gesto abriendo la boca y dejando que él me la diera.

Sabía a mango.

–Te gusta? –Preguntó dándome un beso en la coronilla.

–Es raro, pero está rico y refresca –Respondí viendo a Cleo salir volando de su otro hombro.

Voló un poco hasta los árboles que estaban más allá, seguramente buscando sombra.

–Los cocineros lo hacen mucho estos meses, es el postre favorito de Tahiel, refresca y se hace antes que el helado –Explicó cogiendo uno para él.

En cuanto vi que lo devoraba me incliné un poco más sobre él robándole un beso muy fugaz y volviendo a apoyarme en su hombro.

Desde ese día, hace un par de meses, que nos habíamos besado no habíamos vuelto a dudar de hacerlo, lo único era si había gente cerca, aunque hoy Dimas era el que nos hacía de escudo por si alguien nos intentaba mirar desde alguna ventana de palacio.

Había hasta traído un enorme paraguas para fingir refugiarse del sol mientras nos daba la espalda.

Para las demás personas de palacio Krestel simplemente se había encariñado conmigo, ya lo había comenzado a escuchar por los pasillos y algunas personas incluso le preguntaron a Sur.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora