XXXV

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–Como que te vas a ir!? –Saltó madre en la cena en cuanto les dije de que quería irme–. A donde!? Que quieres hacer!?

–Disfrutar de las vacaciones con mi novio lejos de palacio ya que no tenemos vuestra bendición aún –Expliqué cortando el filete para comenzar a cenar.

–No! –Se negó en rotundo.

–A donde planeas ir? –Preguntó padre manteniendo la calma mejor que madre.

–Tenemos varias casas esparcidas por el reino, donde vosotros me dejéis –Respondí intentando que madre no se pusiera histérica.

Tal vez si dejaba que ella decidieran donde podíamos ir se calmara.

–La del sur está muy bonita en esta época del año –Insinuó padre girándose ahora hacia madre–. Queda a unas 4 horas de aquí y ya hay sirvientes allí cuidando de la casa, tendría que llevarse muy pocos.

Pero madre aún así no cedió tan fácil pasándome toda la cena escuchando como discutían por si dejarme ir o no.

–Así que ya les pediste su aprobación y bendición –Trató de picar Elira.

–Y por lo que has dicho solo te han dado una de las dos –Añadió Tahiel tratando de ignorar la pelea de nuestros padres.

–Caillech pasará por las pruebas tradicionales de la familia real para demostrar que es digno de su bendición –Expliqué suspirando por lo bajo.

Y en parte no quería que las hiciera.

Vega aseguró que ella misma se encargaría de que Caillech aprobara, pero eso no quitaba mi preocupación.

No quería que Caillech lo pasara mal...

–No lo dices muy feliz –Intentó tirarme de la lengua Tahiel.

–Es que no quiero que lo pase mal, va a tener que compaginar su trabajo con la preparación para esos exámenes y él es el único que está te bajando en su departamento, se que se va a presionar y agobiar por que todo salga perfecto para conseguir toda la aprobación posible y lo conozco lo suficiente para saber que eso lo va a destrozar –Expliqué agobiándome solo de pensarlo–. No quiero que sufra ni que haga cosas que no quiere y al final siempre ocurre todo eso por mi culpa.

Y una vez me callé me di cuenta que mis padres habían dejado de discutir para escuchar lo que yo decía.

Si ellos no hubieran querido ponerle esas pruebas Caillech no lo pasaría mal. Si a madre no le importara tanto un título tan tonto esto no sería así.

–Con vuestro permiso –Murmuré poniéndome en pie para irme.

Darle vueltas solo me haría sentir peor.

–Puedes ir –Aceptó madre al ver que me levantaba.

–Gracias –Agradecí haciendo una reverencia antes de irme.

Bueno, supongo que algo era algo...

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Un viaje solo los dos.

Lo organizaron los reyes en una sola noche diciendo en todo momento que solo iría Krestel, pero él me avisó de que dejará mis maletas listas y fuera con Dimas a las afueras de la ciudad, pondrían mi equipaje con el de Krestel y después me recogerían.

–Hasta que no tenga la bendición de los reyes hay que dar todas las vueltas posibles para que no se haga público algo así –Comentó Dimas guiándome entre callejuelas vacías para llevarme al punto de encuentro.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora