XVIII

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Para mi suerte el mismo día que desperté conseguí volver también en todos mis sentidos al cabo de una hora, cosa que también tranquilizó a Krestel.

–Buenos días –Saludó Sur algo extrañado de encontrarme desayunando en el despacho.

Pero donde me habían casi envenenado fue en el comedor de magos, así que ahora mismo quería comer en cualquier sitio menos allí.

–Buenos días –Saludé con una sonrisa antes de terminar con una galleta.

Y de un sorbo acabé el café que me quedaba.

–Que vamos a hacer hoy? –Pregunté dejando todo recogido en una esquina para llevarlo después a las cocinas o dárselo a un sirviente.

–Te voy a enseñar a redactar los informes oficiales –Explicó haciéndome suspirar por lo bajo.

No sonaba a lo más interesante del mundo, pero tenía que aprender.

Hoy era miércoles, Krestel podría venir a pasar la mañana pero después de comer tendría dos clases, así que seguramente era cuestión de tiempo que viniera.

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No me esperaba para nada que Ferenc me pidiera ir con él a caminar por la capital.

–Que tal el mago? –Preguntó Ferenc saliendo de un callejón conmigo y nuestros caballeros.

–Bien, le han hecho todas las pruebas necesarias y está bien –Respondí viendo que me estaba llevando hasta el mercado–. Puré lo salvó de morir.

A esta hora era precisamente cuando la gente comenzaba a ir, así que íbamos a estar bastante rodeados.

–Ha tenido suerte –Comentó comenzando a bajar él primero las escaleras que llevaban al mercado.

Desde que Pure le gritó y le dijo que jamás sería rey Ferenc no había estado igual, ni siquiera quería hablar durante las comidas.

Sabía que él solo había pensado en ser rey, nunca se planteó otra opción y gran parte de su vida se aprovechó de las mujeres que se acercaban a él para ser reinas... ahora debía sentir que le habían arrebatado absolutamente todo.

–Alguna vez te has dado cuenta de que no tenemos amigos? –Preguntó Ferenc parando en un puesto de telas.

–A que te refieres? –Dudé un poco descolocado.

–Ahora mismo tengo tantas cosas en la cabeza... y me encuentro a las 10 de la mañana en el mercado hablando contigo por que estoy cansado de hablar con mi caballero y que ni me responda, a eso exactamente me refiero –Explicó tocando un par de telas como si entendiera lo que hacía–. Ni tu, ni ninguno de nuestros hermanos ni yo tenemos a nadie, estamos solos.

–Si tenemos Ferenc, a varias a demás –Respondí sintiendo que este paseo se iba a alargar más de lo que esperaba.

–El mago y un pájaro no cuentan.

A donde quería llegar exactamente?

–No sólo tengo a Cleo y Caillech, Dimas es otra persona en la que puedo confiar.

–Padre y madre le pagan...

–Y? Dimas no es como Eimar, él si se comporta como un ser humano, y también está el duque de Messier, aunque ahora está terminando sus estudios en Aequor, y esta la dama Vega, y podría decirte aún más nombres, que no acostumbre a quedar con la gente no significa que no sepa a quien puedo acudir en busca de consejo, no es como que me sienta solo o necesite acudir a ellos constantemente para cubrir una soledad que no siento, un buen amigo es buen amigo quedando todos los días y quedando una vez al año –Expuse nada de acuerdo con él.

Plumaje real (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora