Nunca pensé que llegaría a enamorarme del hombre mas orgulloso y engreído que he conocido. Mucho menos que yo estaba relacionada con un mundo que creí inexistente.
Hoy me desperté con una extraña sensación en mi cuerpo. Estaba preocupada y no entendía por qué razón. Es como si algo malo fueras a ceder, pero realmente no sé lo que es. A pesar de todo me siento bien, estoy con alguien que aparentemente me quiere o me ama. Aunque tengo mis dudas sobre Caín, él siempre me ha cuidado, ha estado pendiente de todas mis necesidades y comodidades, pero, no sé porque siento que todo lo que hace por mí no significa amor.
En la intimidad es todo un animal y me encanta, no podría decir que hacemos el amor, porque realmente no lo siento así. Tampoco puedo decir que lo amo, porque no es lo que siento. Estoy a punto de dar a luz y en estos últimos días de mi embarazo he notado que él ha estado distante, sale con mucha frecuencia sin darme una explicación de a dónde va, se que es el rey de los vampiros y que tiene muchas responsabilidades, pero nunca me cuenta las cosas que hace, es como si su vida fuera privada para mí. A los únicos lugares a los que lo acompañaba eran solo a fiestas, donde él me mostraba como si fuera un trofeo. En algunas ocasiones le pregunte que, si me amaba, pero él sólo omitía la respuesta, decía que si no lo hiciera, no me cuidara, y que, de no ser así, no se preocuparía por mí como lo hacía.
Pero a mí no me convencen sus palabras. En ocasiones lo descubrí mirándome, me miraba como un enamorado miraba a la persona que ama, pero cuando se daba cuenta de que yo lo observaba dirigía su mirada a otro lugar y las facciones de su rostro se endurecían, como tratando de ocultar lo que realmente sentía por mí. Estaba decidida que después qué mi bebé naciera, lo enfrentaría. Tenía que ser valiente y preguntarle que si me amaba de verdad, preguntarle por qué me tenía en este lugar totalmente encerrada.
Como una reina en una jaula de oro.
Salí de mi habitación directo a la cocina, me urgía desayunar ya que mi bebé estaba muy inquieto, parece que tenía mucha hambre igual que su mama.
Cuando llegué a la cocina estaba Ranfi, el fiel mayordomo de Caín.
– Buenos días reina, ¿Cómo amaneció?
– Ranfi cuantas veces te he pedido que no me digas reina, por favor llámame por mi nombre. – le respondí bufando, ya que estaba cansada de decirle que no me llamara por reina y mucho menos que hiciera reverencia frente a mí.
– Discúlpeme, es que mi amo me ha ordenado que la llame así.
– Entonces solamente llámame así cuando él esté presente. En cuanto a mí, amanecí muy bien, gracias por preguntar – el solo asintió con la cabeza en respuesta.
– Llevare su desayuno al comedor. Sígame.
– No te preocupes, deseo desayunar aquí en la cocina si no es mucha molestia.
– Lo que usted decida está bien – respondió serio.
Me terminé todo el desayuno, la verdad moría de hambre, minutos después me dispuse a divagar por el castillo, mientras acariciaba mi panza hinchada y le hablaba de forma cariñosa mi bebé. Escuché como la puerta principal había sido azotada, rápidamente me escondí y también escondí mi olor y mi presencia. (que como lo hice, pues ni siquiera yo sé cómo sabía hacer eso). Descubrí que quién había llegado había sido Caín. La curiosidad que sentí era tan grande que lo seguí. Camine detrás de él sin mucha prisa y de forma sigilosa hasta que llegamos al sótano. Cuando el entró, no cerró la puerta, cosas que aproveche para poder ver lo que había dentro de aquella habitación. Pude ver cómo él se desnudaba y cómo se acercaba una chica vampira que lo esperaba desnuda encima de un mueble, podía notar el deseo en la cara de ella.
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