Contenerse nunca había sido su fuerte. Aizen se sentía frustrado, airado, enojado y perdido. Él nunca imaginó que su hermana encontraría a su compañero. Nunca imaginó que ella un día se iría de su lado. Lo peor de todo es que él, era un egoísta y nunca permitiría que su hermana se fuera de su lado.
–Ella nunca me dejara solo. Ella me ama – se repetía él una y otra vez.
Él pensaba que viviría junto hermanas por toda la eternidad, y que ella pensaba igual que él. Nunca se separaría de su hermana, aunque encontrara a su compañera de vida, porque para él, su hermana era más importante.
Mientras los hermanos, en su habitación se debatían una y otra vez entre que debían de hacer ante este nuevo reto, sus padres escapaban juntos para tener un momento romántico a solas.
En la que una vez fue el templo sagrado de Alexander. La casa a la que nunca llevaba mujeres a excepción de su compañera de vida, la mujer que ama más que su vida misma.
Si alguien en el pasado me hubiese dicho qué en el futuro estaría casado con una hermosa mujer Y que sería padre dedos increíbles hijos me hubiese burlado. Nunca me imaginé siento padre y mucho menos imaginé qué pasaría mi vida acompañado de una sola mujer. Después que encontré a Dania nunca extrañado Elio de antes. Curiosamente me siento cómodo con la vida que llevo al lado de los seres que nunca pensé que llegaría amar tanto. Y pensar que la conocí en un club. Rigo internamente antes que el pensamiento. Siempre dije qué en los clubes no se encontraban mujeres buenas, puesto que en ellos solamente encontraba mujeres para una sola noche, y nunca más las volvía a ver. Para mí era una ley no repetir con la misma mujer. Es que algunas tenían por costumbre creer que cuando un hombre tenía sexo con ellas más de una vez, es porque había algo especial. Por eso me encargaba de dejarle bien claro que sólo quería sexo y nada más.
Conocer a Dannia fue un antes y un después. Ella borró quién era, y fue quién hizo el hombre que soy ahora. Y estoy eternamente agradecido por el cambio en mi vida, ahora ya no estoy solo. Amo y me aman. Era más de lo que podía desear.
Ahora soy un perfecto egoísta, porque quiero todo de ella. Mi amada Denia.
Mientras ella descansaba su cuerpo desnudo sobre latina, el disfrutaba de la vista. Se sentía como un joven hormonal, su falo le exigía salir de sus pantalones a como dé lugar. Y como no, pensaba el, estaba delante de una escultura de mujer.
Era emocionante ver a mi esposa desnuda y admirar la hermosa silueta de su cuerpo. Es exquisito sentir la textura de su piel bajo la yema de mis dedos, disfrutar del olor de su piel. Fragancia que me embriaga despertando hasta el más dormido deseo de mi cuerpo.
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Te gusta lo que ves? (completa)
RomanceNunca pensé que llegaría a enamorarme del hombre mas orgulloso y engreído que he conocido. Mucho menos que yo estaba relacionada con un mundo que creí inexistente.