Te gusta lo que ves? (completa)

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Tire de sus manos para hacer que se acostara en la cama.

–Ahora me toca a mí – sorprendiéndolo tome su miembro, lo lleve a mi boca y comencé a darle lamidas y chupetones una y otra vez. Cuando lo miré él tenía los ojos cerrados y su respiración era irregular, mordía sus labios de una manera tan sensual que me enloquecía – Aizen abre los ojos – le pedí, y el los abrió y me miró excitado – quiero que me mires a los ojos mientras te doy placer – me dio una mirada retorcida, una mirada lujuriosa. Continúe chupando de arriba abajo hasta que se vino en mi boca y me la tragué toda.

-¡¡Mmm!! Sabes exquisito.

–¿A sí?

–¿Sí?

–Pues, tienes el permiso de comerme cuando quieras y disfrutarme tal y como lo hiciste ahora – dijo todo presumido.

Choque mis labios con los de él y nos besamos, nos acariciamos y seguimos teniendo sexo hasta el cansancio.

Después de 4 largas horas nos levantamos a terminar de comer aquella cena que dejamos a medias, después de comer nos dimos una ducha rápida y nos pusimos la ropa.

Creo que es hora de que nos vayamos – cuándo estuve a punto de responder un estruendo se escuchó en el lugar. En fracciones de segundos y sin darnos tiempo a reaccionar fui jalada hacia atrás al punto de hacer un hueco en la pared. Podía sentir una fuerza arrastrarme hacia atrás.

–¡¡¡Eiraaaa!!! – gritaba Aizen desesperado al ver qué fui arrebatada de su lado.

–Hola querido hijo – por los dioses, el dueño de aquella voz era nada más y nada menos que el rey Caín.

–Eres un maldito, nunca en tu vida vuelvas a decirme hijo – le gritaba con un profundo odio al rey vampiro – me das asco, porque no desapareces de nuestras vidas y nos dejas en paz.

–Siento mucho no poder complacerte, hijo – respondió el rey de forma socarrona – no se puede tapar el sol con un dedo, aunque lo niegues eres mi hijo y eso nada ni nadie puede cambiarlo – él me tomó como su prisionera poniendo un trozo de madera justo la altura de mi corazón, el rostro de Aizen se desfiguró de preocupación. Él se sentía totalmente impotente porque no encontraba la forma de salvar a su amada con quién minutos atrás hizo el amor por primera vez.

–Si quieres volver a tener sexo con tu amada tendrás que obedecerme.

–Eres un maldito, no sabes cuánto te aborrezco, juro que cuando tenga la mínima oportunidad te mataré con mis propias manos.

–Eso no lo dudo hijo, eres extremadamente poderoso.

–Dime de una vez por todas qué es lo que quieres para que la dejes en paz y te largues.

Unos vampiros que acompañaban al nefasto Rey traían consigo a un adolescente qué gritaba de miedo.

–Quiero que tomes a esta chica y succiones toda su sangre, hasta la última gota – Aizen lo miraba atónico, él sabía lo que pasaría si cumplía lo que el rey le pedía. El Hechicero le dijo que jamás de los jamases se atreviera a tomar sangre humana y mucho menos consumir del cuerpo directo de un humano hasta matarlo, por que las consecuencias serian devastadoras. Sus padres lo criaron con amor y ternura, pero sabían que su hijo llevaba dentro un poder destructivo.

–¿Estás loco verdad? ¿Sabes lo que me pides? – preguntaba el aterrado.

–Porque lo sé es que te estoy pidiendo que lo hagas, una vez tomes la sangre de esta basura humana, tu verdadero ser despertara y tomar a mi lugar como mi sucesor. Serás el rey de los vampiros, el más poderoso que haya existido jamás. Todos los seres mágicos se doblegan ante ti, hijo mío.