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Cuando escuché el timbre sonar me puse un poco nerviosa, la verdad es que la visita de este Eliseo me mantiene a la expectativa de que algo nuevo pasara.

Máximo se dirige a la puerta para recibir a la visita, luego entran los dos directamente al comedor, cuando el extraño mira hacia la mesa sus ojos brillaron y una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro.

-Wow, esto sí que es emocionante, hacía tanto tiempo que no probaba comida hecha en casa. Esto es todo un manjar. -dijo Eliseo con un deje de felicidad.

-Bien ya que estamos todos disfrutamos de la comida y luego hablemos. -dijo una muy calmada Casandra.

Sin más tiempo que perder todos nos sentamos en la mesa, comenzamos a comer, pero el invitado no dejaba de decir una y otra vez lo rico que estaba la cena, y para ser sincera come como toda una bestia, él prácticamente devoró toda la cena que había en la mesa, los demás sólo la probamos, cuando llegó el momento del postre, este aplaudió como si fuera un niño, la verdad estaba sorprendida con su comportamiento.

Cuando terminamos de cenar pasamos a la sala de estar, nos pusimos cómodos y comenzamos nuestra charla.

-¿Bien, ahora por favor explícame porqué razón perseguiste a Dania? -pregunto Jhon con voz gélida.

-Bien, se los diré, como se lo dije a ella, no entiendo la razón de porque mi sangre me grita que debo de estar cerca de ella. Cuando ella y yo nos tocamos en esta mañana en el establecimiento de comida, sentimos una descarga eléctrica que nos hizo separarnos por impulso, y desde ese momento siento un deseo enorme de protegerla y cuidarla. Quiero que entiendan que no siento ningún tipo de atracción sexual por ella, podría decirse que lo que siento es como el amor de un hermano hacia una hermana y la verdad no entiendo por qué me pasa esto con ella. -las palabras salían de su boca tan sinceras, que podía sentir que hablaba la verdad.

¿Para qué podamos entender un poco mejor las cosas, porque no nos dices quiénes son tus padres? -pregunto Máximo.

-Usted es muy directo.

No viniste aquí sólo comer y tener una simple charla, viniste para aclarar las cosas, ¿no? -recalco el hechicero.

-sí, estoy aquí porque yo también necesito aclarar las cosas. La verdad no me gusta hablar de mis padres, pero sé y entiendo que en este momento debo de hacer una excepción. –su expresión cambio a una muy seria.

-Mi madre se llama Clarisa, ella es una ninfa hermosa, es muy buena gente y tiene un gran corazón. Si la vieran se encariñarían con ella al instante. Mi madre es tan buena y bondadosa que se sorprendería, ya que muchos creen que las ninfas sólo son manipuladoras, engañadoras, dicen que son despiadadas, pero eso no es así, porque mi madre es todo lo contrario de lo que todos creen. Mi madre se enamoró de mi padre muy joven y gracias a la unión de ellos nací yo. Mi padre es un hombre bueno, pero nos abandonó. Cuando era un chico de apenas 15 años el apareció en casa y me dijo que la relación que mantuvo con mi madre fue un error, que el solamente podía estar con mujeres de su misma especie, también me dijo que se sentía agradecido porque gracias a aquella relación había nacido yo. Me dijo que se sentía muy orgulloso de mí y que a pesar de no estar a mi lado siempre me cuidaba y observaba. Realmente yo no creía en sus palabras, pero decidí creerle, desde aquella vez, lo ha vuelto a ver unas cinco o seis veces, no recuerdo bien, el sólo aparece cada cierto tiempo para decirme que me ama y que siempre me está cuidando, luego se va y desaparece.

-Aún no nos has dicho quién es tu padre. -pregunta Jhon con un semblante visiblemente enojado.

Eliseo se pone un poco nervioso, comienza a jugar con sus manos, abre la boca y la sierra varias veces para hablar, pero se detiene.

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