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No podía mover mi cuerpo, solo podía escuchar a todos habla a mi alrededor. Escucho a Ramsés y Moisés, a Máximo, a Eliseo y a Casandra. Esta ultima estaba muy triste por lo que me había pasado. Yo no quiero que ella me vea de esta forma, cuando despierte no quiero mirarla a los ojos, saber que esta sufriendo por mi culpa me hace daño, are como que olvide lo de Jhon. Poco a poco voy sintiendo mi cuerpo, siento que llevo días dormida, un poderoso deseo de comer carne me domina, el pensar en que devorare unas exquisitas costillas hace que mi boca se vuelva agua. Algo dentro de mi se remueve, un hormiguea hace que me siente de golpe en la cama.

Quiero comer carne. -fue lo primero que dije, y era verdad deseaba comer carne con desesperación.

Escaneé la habitación, todos me miraba extraño, pude notar a alguien que no había visto nunca.

¿Quién eres? – la chica a la que le hable se quedó estupefacta cuando le hable, podía sentir la mirada de todos sobre mí.

¿Por qué todos me miran así? -nadie dijo nada, de verdad no entiendo que pasa es como si ellos estuvieran temerosos de lo que yo pudiera hacer.

Mi estomago ruge con fuerzas, comienzo a sentirme inquieta.

Tengo hambre. -mi hermano se acerca muy cauteloso a mí, es extraño, pero no digo nada.

-Alguien se levantó con hambre.

Si tengo mucha hambre, es como si llevara días sin comer. -mi hermano me sonríe.

-Que quiere comer la princesa.

Costillas de cerdo. -respondo rápido.

Entonces ponte decente por que te llevare a comer esas costillas de cerdo y aprovechare para presentarte a alguien.

Bien dejenme sola para asearme, ah, y espero que alguien me cuente después de comer, que hago en este lugar y por qué todos están aquí. -todos asiente y salen de la habitación para poder arreglarme.

La habitación donde estoy es enorme y preciosa, me gusta. Después de ducharme, me miro en el espejo y me di cuenta de por qué todos me miraban extraños, mis ojos estaban totalmente rojos y eso solo pasaba cuando deseábamos sangre con desesperación. 

 Termino de arreglarme y decido por ponerme lentes de sol

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 Termino de arreglarme y decido por ponerme lentes de sol.

Salgo al encuentro con mi hermano, junto con el estaba la chica que estaba en la habitación, no sé por qué, pero ella me inspira confianza. Después de conseguir un coche para salir, nos fuimos en buscas de esas ansiadas costillas de cerdo.

Entramos en un lugar increíble, el olor a comida inundo mis fosas nasales, era como estar en el paraíso. Nos sentamos en una mesa y para mi sorpresa los tres pedimos lo mismo.

Bien parece que ustedes comen mucho. -les dije a mi hermano y a la chica que nos acompaña.

¿Y me dirán quién eres o tengo que adivinar?

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