Nunca pensé que llegaría a enamorarme del hombre mas orgulloso y engreído que he conocido. Mucho menos que yo estaba relacionada con un mundo que creí inexistente.
Cuando abrí mis ojos me di cuenta de qué estaba en mi habitación, no sé por qué, pero en ese momento sentir paz y tranquilidad, cuando me giré vi a Máximo durmiendo a mi lado con una de sus manos sobre mi cabeza, era él quien había acariciado mi cabello trayéndome paz en medio de aquella tiniebla en la que estaba sumergida mi alma. De manera sigilosa, me levanté de la cama, me dirigí al baño, llene la bañera, una vez llena me sumergí en ella, cerré mis ojos y comencé a procesar lo que había vivido el día de hoy. Mi corazón se estruja al recordarlo todo, mi corazón sea vuelto más duro que una roca, de hoy en adelante ya no seré la misma de antes, no llorare como una magdalena, pero hoy me permitiré sacar este dolor tan grande, hoy he perdido algo muy valioso he importante para mí. Voy a ser un monstruo gracias a todo el dolor que me han hecho vivir, no tendré compasión de nadie, voy a actuar como nadie lo espera. Seré implacable, me divertiré y seré libre, sin importarme nada ni nadie, a los únicos que mantendré al margen de mi comportamiento serán los que han estado conmigo siempre, Moisés, Ramsés, Casandra, Rubí, Eliseo y Máximo, ellos serán los únicos a los que no les are daño, el resto del mundo conocerá mi furia si me provocan.
Sentí como mis mejillas eran recorridas por las lágrimas que no sabía que salían cuando recordé aquella criatura a la que había aceptado y con la que había planea un futuro.
Llevé mis manos a mi vientre notando que ya no quedaba nada de la personita que crecía dentro de mí.
Te prometo bebé qué vengare tu muerte, te juro que ya te amaba y me duele mucho no poder tenerte en un futuro entre mis brazos y decirte que te amo y que tú no tienes la culpa de todo lo que ha pasado. -dejé tres lágrimas salieron de mis ojos hasta quedarme seca y sacarme todo el dolor por la pérdida de mi bebé y por lo que me habían hecho otra vez, nunca más pensaré con el corazón, nunca más.
Salí de la bañera, sequé mi cuerpo, me encaminé hacia el armario, elegí la ropa, me la puse y me miré en el espejo satisfecha con la imagen que vi de mí misma.
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Salí de la habitación y Máximo seguía dormido, imagino que está agotado después de buscarme junto a los demás.
Sin que se dieran cuenta a salir de la mansión, pero esta vez tomado uno de los autos que había en la cochera y me dirigí al bar más cercano, allí me tomé par de tragos y conocí a un chico caliente.
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