Soulmate ↪ Lai Guan Lin [+18]

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41. Yo lo haré

"—¿Qué te parece... mmm... Minjae? —Eme alzó una ceja ante aquello, por lo que Guanlin lo malinterpretó—. Bueno, bueno, te gusta... ¿Jungmin? O tal vez... ¿Saeron? ¿Eunbi?

—Guanlin, ¿qué...

—¡Ya sé, Gowon! —expresó con una sonrisa, como si hubiera sido la mejor idea de todas.

—Escucha, no sé de qué...

—Oh, oh, oh, mejor Suho, ¿qué te parece? Me gusta más ese nombre.

Ella quitó el brazo que estaba rodeando su cuello y lo observó con el entrecejo fruncido.

—Haber, ¿de qué demonios hablas?

—De nuestro hijo, claro —asintió como si ya fuese obvio.

—¿Hijo? —alzó una ceja estupefacta.

—Sí, ya sabes, el que tendremos alguna vez —continuó con ese tono infantil y alegre.

—¿El que tendremos? —esta vez enarcó ambas cejas.

—Sí, ya sabes —se incorporó en su lugar, viéndola de cerca—, cuando tengamos que formar nuestra propia familia —entrelazó sus dedos cariñosamente con los de ella.

Al ver la unión de sus manos, negó con la cabeza y desentrelazó sus dedos.

—No quería hablar de esto contigo ahora—desvió la mirada.

—¿De qué hablas? —buscó sus ojos con confusión.

—Guanlin —comenzó a acariciar un mechón de cabello con entretenimiento—. Es que eso no se va a poder.

El menor frunció el ceño ante aquello.

—¿Cómo que no se va a poder? Es posible; si te refieres a la dificultad que tendremos por ser figuras públicas, no te preocupes, todo saldrá bien, con el tiempo, los netizens lo aceptarán —puso una mano sobre su hombro, pero de inmediato ella lo quitó incómoda.

—No me entiendes —formó una mueca—. No es por eso.

—¿Entonces? —ladeó la cabeza cada vez más confundido.

Eme apretó los labios al ver su semblante.

—Es que yo... —observó al techo, y después de soltar un enorme suspiro, regresó su mirada a él—. Es que yo no planeo tener hijos.

Guanlin frunció aún más sus cejas.

—¿Cómo que no?

—Pues así. No quiero tener hijos.

—¿Y por qué no?

—Ah, por muchas cosas —se pasó una mano por el brazo—. En primer lugar... no quiero contribuir más a la existencia de la sobrepoblación, en segundo lugar, criar a un niño es caro, en tercer lugar, no quiero verme ligada eternamente a un ser que dependa de mí y tener que renunciar a mi libertad, y... por sobre todo... odio a los niños —arrugó la nariz y se cruzó de brazos.

—Pero... pero yo sí quiero —Guanlin se acercó más a ella, tomándola de ambas manos—. Quiero formar una familia contigo, quiero tener un hijo o hija con rasgos como los tuyos. Quiero cuidar y amar. Quiero ser padre.

Eme soltó sus manos.

—Pero yo no.

Ambos se observaron atentamente, ella algo disgustada e incómoda, y él bastante ofendido.