Soulmate ↪ Lai Guan Lin [+18]

24

24. Plan

—Entonces... eso significa que... —alzó ambas manos y enarcó las cejas, esperando que terminaran de explicarse.

—En teoría, bueno... —soltó los papeles sobre el escritorio—. Vamos a debutar un nuevo grupo —terminó mirándola expectante—. Y vamos a hacer que debutes en él.

Eme soltó la pluma que llevaba en la mano, parpadeando perpleja.

«Un momento, un momento. Paren el tren»

Se llevó las manos a la cabeza y casi suelta una grosería de no ser por los superiores frente a ella.

—¿Hablan en serio? —lo observó con duda.

—Totalmente —asintió el Ceo—. Aún estamos viendo los preparativos, pero planeamos que debuten lo más pronto. Calculamos que serán entre cuatro o cinco integrantes en total.

Su mirada se perdió en el vacío.

—Tenemos un grupo de aprendices que prepararemos, y estamos casi seguros de que, entre ellas, se encontrarán tus futuras compañeras de grupo —esta vez había sido su mánager quien había hablado—. Pensamos que sería bueno que, después de clases, vengas a la agencia a echar un vistazo a las aprendices, para que nos des tu opinión.

¿Era en serio? ¿De verdad era en serio?

Por lo que se había esforzado tanto, por lo que había peleado, esforzándose hasta casi no dormir ni comer, finalmente, decididamente, ¿lo había logrado?

Finalmente iba a debutar.

Sus ojos brillaron con emoción.

Esta vez no sería un grupo proyecto como EOE, esta vez sería algo sólido. Bajo SM, las puertas a la aceptación eran muy fuertes.

Todo estaba pasando tan rápido que, en realidad, no se lo creía.

—¿De verdad?

—Sí, un par de horas serán suficientes. Además, por el momento, volverás a entrenar por las noches, pero sólo los fines de semana para que rindas en la escuela, ¿te parece?

¿Que si le parecía? ¡¿Que si le parecía?!

—¿Cuándo iniciamos?

🍼👑🍼

—¡Oye, Eme! ¡Espérame! —la chica trató de apresurar el paso, sintiendo que la seguían por los pasillos—. ¡Eme, Eme!

—No me sigas —le reprochó casi trotando.

—¡Espera!

—¿Qué es lo que quieres? —la observó por el hombro con enojo.

—Ten, quiero darte esto —le tendió una barra de chocolate. Eme detuvo el paso, y observó el dulce con duda—. Tranquila, no está envenenado —negó con las manos.

—Ya lo sé —rodó los ojos con fastidio—. ¿Por qué me lo das? ¿Qué quieres? —preguntó cautelosa, aún sin aceptar el chocolate.

—Ya te dije que quiero que seamos amigas —ante su pequeño puchero, Eme no pudo evitar sentirse más fastidiada por su presencia.

—Y ya te dije que yo no quiero, Somi —bufó volviendo a retomar su paso.

—Anda Eme, empecemos paso a paso, ¿está bien? —la sujetó del hombro, volviendo a tenderle la barra—. No te pido más, sólo que aceptes el chocolate —le insistió moviéndolo frente a sus ojos.