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45. Dark lies

Continuó apretando los párpados, esperando que el impacto no hubiera sido tan fuerte ni brusco.

Aun así, sintió los dedos temblorosos de Guanlin sobre sus hombros; ya no la apretaban con la misma fuerza y determinación que minutos atrás, y parecía que su osadía estaba flaqueando.

—¿Qué? —pronunció no en titubeos, pero sí con dificultad.

Finalmente alzó la cabeza; debía decírselo cara a cara.

—E-Estoy embarazada.

Apretó los labios con fuerza y trató por todos los medios de no desviar el rostro y mantenerse firme a su confesión.

Los ojos de Guanlin se oscurecieron un poco, y lentamente, con las manos temblorosas bajando cada una a sus costados, su mirada se perdió en el vacío. Retrocedió unos pasos, y fue entonces que Eme se arrepintió de sus palabras.

Sabía que eso iba a pasar, lo sabía.

Cerró los ojos con pesar y maldijo en su interior. Lo sabía, carajo, lo sabía.

Guanlin se veía tan perdido que temió que se desmayara o le diera cualquier tipo de ataque.

Su pecho se comprimió, y su ser lo lamentó. Se llevó ambas manos al vientre, tratando de no volver a echarse a llorar. Seguramente su rostro ya reflejaba el sufrimiento que la inundaba al ver la reacción del menor. Aunque era verdad, no lo culpaba, pues después de todo, había sido una noticia muy... imprevista, incluso para ella.

Ya no quería estar ahí, quería desaparecer o que la tierra se la tragara, lo que pasara primero con tal de no tenerlo frente a ella.

—Estás... embarazada... —murmuró con dificultad, con los ojos pegados a su vientre.

Eme tembló y también terminó retrocediendo unos cuántos pasos.

Temía que le preguntara si el bebé era de Minhyun, pues después de todo, él era su actual novio.

—Y estás por casarte con Minhyun... —aquello último lo dijo regresando sus ojos al suelo.

Fue tan repentino que Eme volvió a verlo a los ojos por aquellas últimas palabras.

—¿Qué? ¿Cómo sabes que...

No pudo terminar sus palabras, porque ella estaba tan sorprendida que comenzó a procesar rápidamente esa declaración, buscando al culpable de aquello.

La única persona que sabía de su compromiso fuera de ellos dos, era Eunha, pero era completamente imposible que ella le dijera a Guanlin, no tenía sentido. Conocía a Eunha, y sabía que dar su palabra no era un juego para ella, cuando prometía o juraba algo, era en serio, era completamente verdad.

¿Entonces cómo?

¿Acaso... Minhyun?

No, imposible, ¿por qué él le diría eso a Guanlin?

Nada de eso tenía sentido.

Volvió a verlo asustada, no sabiendo sus próximas palabras. ¿Qué estaría pensando? Si sabía que ella se iba a casar con Minhyun, ¿existía la posibilidad de que de verdad creyera que el bebé era de Minhyun?

No quería ser el detonante para una nueva pelea.

¿Qué debía suceder ahora?

—Cásate conmigo.

Agrandó los ojos y su corazón se disparó como un loco contra su pecho.

—¿Q-Qué? —retrocedió más pasos.

Soulmate ↪ Lai Guan Lin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora