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51. Solidaridad

—¿Sabes lo que dijo mi papá?

—No, ¿qué dijo?

—Que quiere que el bebé tenga un nombre occidental, específicamente, uno típico de mi país —observó su celular y negó con la cabeza—. Está completamente empeñado.

—Y tú no creerás lo que dijo mi padre.

Eme alzó la mirada y notó que Guanlin se llevaba ambas manos a la cabeza con fastidio.

—¿Qué te dijo?

—Que, sin dudas, tiene que ser una niña llamada Jiaxin.

—¿Qué? —lo observó incrédula.

—Parece completamente convencido de que será una niña, y mi mamá quiere que se haga su voluntad. Además, siempre dijo que quería que yo fuera una niña antes de nacer, y era ese justo nombre el que me quería poner —negó con la cabeza y suspiró fuertemente—. Está totalmente loco —aquello último lo susurró, pero Eme pudo escucharlo a la perfección.

Eme formó una pequeña mueca y se sentó a su lado.

Ella sabía perfectamente que Guanlin seguía peleado con su papá. Era verdad que habían podido llevar la fiesta en paz, pues incluso lo invitaron a la boda y él fue, pero realmente aún no podían platicar sobre el pasado.

Y ella recordaba aún las palabras duras de Guanlin dichas algunos años atrás, cuando le contó todo su pasado y cómo fue que llegó Corea, pasando dificultades y desafiando a su padre.

Él aún le reclamaba a su papá las palabras que le había dicho "Si cruzas por esa puerta, dejarás de ser mi hijo".

—Guanlin... —lo tomó de la mano—. Creo que va siendo hora de que hables con tu padre —le acarició los dedos con sutileza.

Él rodeó los ojos.

—No, ya hablamos de esto —se levantó del sillón y puso los papeles que estaba llenando para las consultas en el hospital con el obstetra.

—Guanlin, no se pueden pasar toda la vida peleados —también se puso de pie, con un poquito más de dificultad, pero logró mantenerse a su lado.

—No es mi culpa que esta pelea haya iniciado hace casi seis años y no se haya podido resolver —se cruzó de brazos—, y si piensas que seré yo el que dé un paso para que él se anime a hablar, entonces estás muy equivocada.

—Solo digo que... —lo tomó de la mano, en una suave caricia—. No me gustaría que nuestro bebé vea esta mala relación entre su padre y su abuelo. No estoy diciendo que lo perdones, sólo que mantengan buenos términos —Guanlin ladeó la cabeza y miró para otra parte. Eme suspiró, pero se acercó otro poco para hablarle en voz un poco más baja y dulce—. Además, Jiaxin es un nombre precioso —le dio un apretón en el brazo y después se fue a su habitación.

Guanlin exhaló con cansancio y la vio subir con dificultad las escaleras, sujetándose del barandal con una mano, y con la otra, el vientre ligeramente más grande de lo habitual.

Decidió servirse un vaso de agua antes de subir a su recamara a alcanzar a su esposa.

Cuando llegó a la habitación, vio a Eme acostada en la cama, con un juego de agujas y estambre en sus manos.

—Esto es un fastidio —mencionó ella con cansancio cuando se le formó un nuevo nudo en el estambre.

—¿Qué estás haciendo? —sonrió con ternura al verla.

Soulmate ↪ Lai Guan Lin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora