Soulmate ↪ Lai Guan Lin [+18]

14

14. Sweet after Party

Muy buenos días, Princesa.

🍼👑🍼

—Bueno... aquí vamos —se dio unas últimas bofetaditas para sentir motivación, y finalmente, con el impulso de sus piernas, saltó hasta treparse en la barda de la ventana.

Se quedó colgado algunos segundos, y volviendo a exhalar fuerte para darse ánimos, volvió a impulsar su cuerpo hacia arriba esta vez con la ayuda de sus brazos.

Cuando finalmente quedó frente al vidrio y afirmó que no había nadie a la vista, se dio a la tarea de abrir la ventana con sumo cuidado y silencio. Pasó una pierna del otro lado de la habitación, preparado para meter la otra. Pero fue entonces cuando escuchó ruidos detrás de la puerta, junto con el tintinear de la precisión de la manija subir y cerrar.

—Por supuesto, sólo voy por mi bolsa con mis cosas y te alcanzo —anunció la chica entrando a la habitación y dándole la espalda a la misma.

—Te espero aquí afuera, entonces —mencionó una voz desde el exterior.

—De acuerdo —y cerró la puerta.

Para ese entonces él ya había quedado paralizado sin saber realmente qué hacer o hacia donde moverse o esconderse.

La muchacha dio media vuelta para adentrarse a la estancia, sin embargo, ella también entró en shock al verlo.

Fueron varios segundos en los que ambos intercambiaron miradas llenas de confusión, impacto, sorpresa y, a la vez, algo de miedo.

Ella sintió que el tiempo se detenía en ese justo momento cuando los ojos marrones oscuro la miraron con una profundidad que ni ella misma pudo comprender o comparar, porque aquella oscura mirada era demasiado fuerte y directa, eran unos ojos que parecían lanzarle rayos directamente a sus cinco sentidos.

Su cuerpo quedó completamente irresoluto y hasta estupefacto.

Sus ojos mantenían una esencia bastante madura y circunspecta que, incluso a pesar de ser famoso, posiblemente las fans no se podrían atrever a verlo directamente a los ojos. Incluso podía asegurar que era una mirada tan penetrante y vehemente que atravesaba cualquier foto suya y hacían desviar la mirada a cualquier parte de él que no fueran esos intensos marrones.

Pero en su caso, aquella apasionada mirada provocó su congelamiento entero.

No estaba segura de si ella hubiera provocado la misma sensación en él, pues el hombre, al igual que ella, se había quedado quieto y con una expresión llena de asombro y sorpresa.