Ondina intenta pasar desapercibida pero al ser la linda hermanita de Cedric Diggory, no lo logra. Todos la siguen con la mirada a donde sea que ella vaya.
Lo que nadie sabe es que ella guarda a fondo un secreto muy grande, tiene que ocultar a su ver...
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ONDINA DIGGORY
— Ondina, hola...
— ¿Que quieres, Malfoy? —es la primera vez que le digo por su apellido, claro que lo había echo otras veces pero fue antes de ser amigos— ¿Para que me citaste? —me cruce de brazos—
—Quería... ya sabes, aclarar las cosas contigo —me vio de reojo.
— ¿Quieres hablar conmigo? —me fui acercando a él—Pensé que solo te daba lastima... —le recordé cabizbaja—
— Ondina, no quería decir eso, enserio. Sabes que soy un Malfoy y... tengo una reputación de oro.
— Entonces.... ¿por que te haces amiga de una Hufflepuff?
— Por que tú eres especial, no eres como las demás Hufflepuff, no soy de hablar de esto pero tú me llamas la atención, como una amiga claro está. —empezó a hablar tranquilamente— seré directo, quiero disculparme contigo Diggory, lo que dije de ti está mal. Perdóname, ¿si?
—¿De verdad lo sientes? —lo mire no muy convencida-
—Si y mucho, no sabes la falta que das, tu sonrisa es contagiosa.
Eso fue todo, fue todo lo que necesitaba oír para sonreírle como antes, tal vez me lastimo pero se que se hace el niño arrogante frente a todos, si le das la oportunidad te dará a ver su lado bueno.
— Te perdono. —le sonreí mientras me sentaba a su lado— Pero ten más cuidado con lo que dices.
—Créeme que no lo volveré a hacer, por ver esa sonrisa pagaría.
—Tampoco es para tanto — sonreí aún más aguantándome las ganas de abrazarlo— Tu sonrisa también es linda solo que te la guardas, deberías mostrarla mas seguido.
Los dos nos volteamos a ver, nos mirábamos a los ojos. Sentí que Draco estaba analizando cosas en su cabeza para luego abrir los ojos un poco más como dándose cuenta de algo y sonreírme.
