ONDINA DIGGORY
✧ *:･ﾟ𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗮 𝘀𝘂 𝘁𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿 𝗮𝗻̃𝗼 𝗲𝗻 𝗛𝗼𝗴𝘄𝗮𝗿𝘁𝘀, intenta pasar desapercibida pero al ser la linda hermanita de Cedric Diggory, el príncipe de Hufflepuff, no lo logra, es más, todos la siguen con la mirada...
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NARRADORA
Es 24 de Diciembre, un día antes denavidad, Ondina estaba profundamente dormida en su cama mientras soñaba con tocar el agua frente a todos sin convertirse en sirena, aunque para todos su poder sería algo muy divertido y alucinante para ella era lo contrario, aún no se acostumbraba del todo, a veces es tan frustrante llevar esa carga...
Su sueño fue interrumpido por Poseidón quien maullaba de hambre haciendo que Ondina abriera los ojos poco a poco.
— ¿Qué pasa..? —dijo adormilada.—Oh, por favor perdóname, me quede dormida ahora te alimento. —Se levantó enseguida a servirle su comida en su plato y dejándolo en el piso para que él la comiera.— Que buen muchacho —Sonrió.—Bueno iré a nadar...
La chica fue por su toalla y salió de su habitación con intenciones de salir de su casa pero su camino se bloqueó por su hermano.
— ¿A donde vas? —Preguntó con interés.—
A veces el pasa tiempo de Cedric es vigilar y fastidiar a su pequeña hermanita.
— Iré a nadar. —avisó Ondina como si nada, no notó el error que cometió al decir eso, aún nevaba demasiado y hacía mucho frío como para que una persona "normal" fuera a nadar a un lago congelado.-
- Nadar? -Frunció el ceño y la tomó de los hombros arrastrándola hasta la ventana del pasillo la cual daba al lago.- Que no ves que está congelado? Además solo con meterte a esa agua te daría hipotermia. No quiero que te enfermes. -Otra vez la arrastró pero esta vez la llevó hasta la cocina donde coloco en un banco frente a la isla de esta.-
Ondina sabía que no le pasaría nada al meterse al lago ya que una sirena aguanta cualquier temperatura, podrían estar a cien grados y ella jamás derramaría ni una sola gota de sudor. Y si estaría helando; su cuerpo produciría calor suficiente para mantenerse a salvo. Las sirenas pueden llorar, si, pero ya que es algo que produce su cuerpo no le afecta en nada, su llanto no le hacia convertirse en sirena.
— Oh se me olvidó... —Bajó la mirada hacia sus manos.—
— Ih si mi olvidi —imitó su hermano.— Estás distraída... ¿en que piensas? —Su hermano se sentó frente a ella mientras servía café en dos vasos.—
— En qué debería pensar? —Preguntó con el ceño fruncido pero sonriente.—
- No lo se.. tal vez en tu novio Draco -Levantó las cejas pícaro mientras tomaba un sorbo de su café.-
