Ondina intenta pasar desapercibida pero al ser la linda hermanita de Cedric Diggory, no lo logra. Todos la siguen con la mirada a donde sea que ella vaya.
Lo que nadie sabe es que ella guarda a fondo un secreto muy grande, tiene que ocultar a su ver...
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Cedric entró a la sala común junto a la Profesora Sprout, jefa de casa, todos se reunieron a sus alrededores aplaudiéndole y celebrándole.
— Lo hiciste genial Diggory!
— ¡Diggory Diggory Diggory Diggory!
— Eso es Cedric!
Mi hermano tenía un rasguño en la mejilla y la mano vendada. Aún así se veía contento de haberlo logrado.
— Cedric! —Avance por la multitud y me abalancé sobre el— Lo hiciste genial!
— Gracias Aqua.
— Qué hay en el huevo? —Pregunte—
— No lo se. Lo abro?
Todos asintieron y dijeron que si, Cedric lo empezó a abrir y al estar abierto lo botó al piso y se tapó los oídos como todos. No entendía porque lo hacían si no sonaba nada malo excepto de una dulce canción con voces melodiosas.
"Donde nuestras voces suenan ven a buscarnos, porque en la tierra no se oyen nuestros cantos y estas palabras medita mientras tanto pues son importantes no sabes cuanto, nos hemos llevado lo que más valoras y para encontrarlo tienes una hora, pasado este tiempo negras perspectivas, demasiado tarde ya no habrá salida"
Tome el huevo de oro y lo cerré sin dificultad alguna, todos se retorcían por dolor auditivo.
— Que fue eso?! —Exclamó mi hermano arrebatándome el huevo de oro.— Porque no te afecto?! Eso fue lo más doloroso que he escuchado en mi vida!
— Ah... si me afecto solo que me resistí... auch! —Fingí dolor tocándome mi oído— Mejor subiré a mi habitación.
Subí las escaleras hasta los dormitorios y entré al mío, me quedé pensando en lo que decía la dulce canción.
Donde nuestras voces suenan ven a buscarnos, porque en la tierra no se oyen nuestros cantos...
¿En la tierra no se oyen nuestros cantos? ¿A que se refería? Se que nadie pudo oír lo que yo escuché, debe ser porque soy una sirena... sirena... ¡sirenas! ¡Se refiere al lago negro!
Me levante de la cama y salí corriendo a la sala común, salí de esta y corrí por los pasillos con dirección al lago negro. Al llegar no lo pienso ni dos veces para correr a sus aguas y sumergirme.
