ONDINA DIGGORY
✧ *:･ﾟ𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮 𝗮 𝘀𝘂 𝘁𝗲𝗿𝗰𝗲𝗿 𝗮𝗻̃𝗼 𝗲𝗻 𝗛𝗼𝗴𝘄𝗮𝗿𝘁𝘀, intenta pasar desapercibida pero al ser la linda hermanita de Cedric Diggory, el príncipe de Hufflepuff, no lo logra, es más, todos la siguen con la mirada...
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Una semana, una semana había pasado desde que Draco terminó con Ondina. Ella lo ha llevado ¿bien? Por así decirlo, ¿había llorado? Si. ¿Lo extrañaba? Demasiado.
Ella se sentía muy dolida, la persona que amaba no sentía lo mismo por ella. Se sintió estafada por así decirlo, como si todos estos años junto a él hubieran sido una enorme mentira.
Extraña a su hermano y a Isabella que aunque sea la hermana de Draco era su mejor amiga, se preguntaba cómo estaba en Francia, sabe que ella habla muchos idiomas pero ¿Francés? Tal vez ese no lo manejaba del todo bien ya que el año pasado cuando se hizo una amiga francesa apenas se podían comunicar.
Ahora estaban en Pociones, a los Hufflepuff y Ravenclaw les tocaba doble hora con Snape y la verdad no estaba tan mal, Ondina respondió su ensayo con tranquilidad aunque fue una de las últimas en entregarlo. Siempre eran los Ravenclaw los que terminaban primero.
—Les he premiado con notas que habrían recibido si hubieran presentado este trabajo en su TIMO. —dijo el profesor Snape con una sonrisa algo forzada— Esto debería darles una idea realista de que esperar en el examen.
Snape se paró frente a todos y revisó el salón, su mirada se fijó en cada uno con una mueca de caos.
— El resultado final de esta tarea fue. Abismal. La mayoría de ustedes habrían fallado si este hubiera sido su examen final. Espero un esfuerzo mucho mejor para entonces, las siguientes semanas aprenderemos variedades de antídotos para venenos, o tendré que empezar a repartirles detención entre aquellos tontos que consiguieron una "D" —su mirada fría volvió a sus papeles en su pupitre mientras todos murmuraban entre sí—
Ondina era una de esas tontas que había conseguido una "D" de desastroso en su examen, ella no era tan buena en pociones por lo que Draco la ayudaba pero ahora que ya no estaban juntos era su perdición.
—Esta es mi perdición, repetiré el año y seré la más tonta del curso —exagero cayendo en el hombro de Ernie, durante esa semana se unieron más como amigos, el Hufflepuff siempre la acompañó en todo momento—
— Tranquila Ondina, si quieres.... yo te puedo ayudar, soy uno de los mejores en pociones.
— ¿Harías eso por mi Ernie? —preguntó la chica levantándose de su hombro y viéndolo a sus ojos castaños—
— Por supuesto, por ti lo que sea... —sonrió como tonto al hacer contacto con sus hermosos ojos celestes—
— Eso sería de mucha ayuda, gracias —le besó la mejilla y se concentró en el resto de la clase, que consistió en el profesor Snape dictando apuntes—
