Ondina intenta pasar desapercibida pero al ser la linda hermanita de Cedric Diggory, no lo logra. Todos la siguen con la mirada a donde sea que ella vaya.
Lo que nadie sabe es que ella guarda a fondo un secreto muy grande, tiene que ocultar a su ver...
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Otro fin de semana en Hogwarts había empezado. Había nieve en los terrenos y lagos congelados. Es la época de invierno, la favorita de muchos alumnos, menos la de Ondina Diggory.
Nuestra protagonista se encontraba en la habitación de la Slytherin, está daba vueltas y vueltas por todos lados soltando murmullos de todo tipo.
— Estás segura? —Cuestionó Isabella echada boca arriba a Ondina—
— Muy segura —afirmó— la nieve prácticamente es agua congelada que al contacto con la piel, la cual es cálida, se derrite así que si, si tengo razón. —afirmó de nuevo—
Ondina estaba frustrada ya que según su hipótesis jamás en su vida podrá volver a tocar la nieve.
— ¿Y ya intentaste? —Preguntó como Isabella un poco aburrida de la situación—
—No pero... —Ondina quiso hablar pero Isabella volvió a hablar—
—Pero nada. Vamos a averiguarlo ahora.
Isabella tomó de la mano a Ondina y la sacó apuradamente de la habitación, de la sala común y de las mazmorras hasta llegar a los pasillos que dan a los patios cubiertos de nieve.
— Vamos Ondina, aprovecha que no hay nadie cerca —la animo—
—Bueno.... —Ondina salió de los pasillos y se colocó bajo los copos de nieve esperando el cambio de sus piernas por su aleta pero nunca llegó— ¡por merlín! no pasó nad... —su frase fue tontamente burlada al caer al suelo por su aleta escamosa— Hable muy pronto.
— Um bueno sécate rápido antes que.... —Isabella temía que alguien la llegara a ver así que volteo a todos lados y se dio cuenta que alumnos de diferentes casas caminaban hacia allí, todos venían con sus permisos en mano para ir a Hogsmeade— Oh no, vienen todos!
Ondina al escuchar eso empezó a moverse bruscamente intentando esconderse pero era imposible, la nieve le impedía el movimiento.
La nieve no era como el agua, allí si podría hacer de todo sin complicaciones pero son terrenos distintos.
No tenía tiempo de hacer vapor como siempre ya que los copos de nieve se derretían en su aleta dejándola aún más húmeda.
—Tranquila ¡Iré a distraerlos! —Isabella caminó con paso apurado hacia los alumnos— ¡Woh! ¡¿ese no es Dumbledore con traje de baño?! —exclamó señalando un lugar cualquiera— ¡vean, también esta Snape!
