𝐆𝐥𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐛𝐞𝐧𝐞𝐝𝐢𝐜𝐭𝐢𝐨𝐧𝐞𝐦

356 53 26
                                    

La claridad entró por los enormes ventanales de la habitación real, dando directamente al majestuoso rostro del rey Jeong, causando que este despertara. El frío estaba presente en el lugar, de manera inmediata giro su cuerpo en dirección a su esposo y cubrió con los mantos reales un poco más su cuerpo, además de tomarle entre sus brazos y acurrucarle.. Su precioso esposo, no había despertado en toda la noche, para su satisfacción ya que de está forma no había sido interrogado sobre dónde estaba y por qué había llegado tan tarde. Sintió como el cuerpo de su esposo comenzaba a moverse entre sus brazos, sabía que estaba por despertar. Ver su cabello despeinado, sus ojitos más achinados que nunca y esa sonrisa que aparecía cada que sus ojos miraban a su rey Jeong, era la imagen más perfecta que solo él era digno de admirar. Bastaron dos segundos para que el rey Lee acurrucara su rostro en el cuello de su esposo, buscando calidez y refugio sagrado, Jaehyun era su lugar seguro para toda la eternidad. 

El cantó de las aves inundó el salón real, la servidumbre comenzó a acercarse al lugar pues ¿Cómo era posible que en pleno invierno las aves cantaran? El cielo estaba oscuro, el frío era insoportable para cualquier especie que estuviese en el exterior; sin embargo, por los ventanales del palacio se observaban las aves cantoras, no solo en aquel salón, estaban comenzando a llegar a todos los lugares del palacio. 

Los reyes tomaron su lugar en sus tronos, el día constaría de seleccionar las nuevas telas que habían llegado al palacio para ser colocadas en la habitación real. Los colores eran maravillosos y las texturas eran las que enamoraban a los reyes, telas tan suaves como tocar las nubes en el cielo, eso era en lo que se ocuparían por el resto del día, según se creía; pero, después del almuerzo, Jaehyun miró a su esposo el cual se encontraba pálido e incluso sus ojos decaídos, rápidamente llamó a su ministro, al tomar a su esposo entre sus manos sintió como ardía su piel, su temperatura estaba muy elevada, pero, ¿Un dios enfermo? ¿Cómo era eso posible? 

Tomó al joven en sus brazos y acompañado por su ministro y curandera caminaron hasta la habitación real, donde recostó en la cama a su amado que parecía moribundo y sin fuerzas. Las puertas de la habitación se cerraron cuando el médico del pueblo entró en el lugar, cuentan los del servicio que un silencio perturbador inundó todo el palacio, acompañado por el peor sentimiento de angustia jamás antes vivido.  ¿Qué sería del rey Lee? ¿Cómo era que un dios estaba enfermo? El pensar en dar aviso a la madre de Taeyong hacia que los escalofríos recorrieran el cuerpo del servicio, si la última vez la diosa había explotado contra el rey Jeong, ¿Qué sería de él está vez si algo sucedía? No habría ejército que detuviera su intento muerte en manos de la diosa, pero nadie daría aviso hasta que la orden no se emitiera. 

Al caer la noche, el médico abandonó el palacio, el ministro y la curandera la habitación, pero el rey no salió de ahí. Ninguno decía una palabra de lo que habían visto ahí dentro, era parte del código real, debían respetarlo o cortarían sus lenguas. 

Mientras el resto del servicio sentía como los nervios carcomían sus almas, dentro de la habitación se encontraban ambos reyes, Jaehyun, acariciando las manos de su esposo que lo miraba con muchísimo amor; tranquilos mis amados lectores, el rey Lee está vivo y sano. 

Jaehyun acarició su rostro con las yemas de sus dedos y su esposo cerró sus ojos ante el tacto, ambos corazones se sentían conectados y muy felices, el amor reinaba en ambos y así sería para toda la eternidad. 

Se emitió la orden, por parte del ministro, de llamar al mensajero real, el cual debería realizar un escrito y entregarlo ante los dioses en el Olimpo, informando del estado del joven Lee, pero dicho comunicado se enviaría cuando el rey Jeong lo ordenara. 

¿Qué más se puede decir de esa noche? Taeyong durmió en brazos de su amado toda la noche y Jaehyun se quedó despierto hasta el amanecer velando por la salud de su esposo. 

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora