𝐂𝐚𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐞𝐭 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐛𝐚𝐛𝐲 𝐛𝐞 𝐦𝐲 𝐊𝐢𝐧𝐠

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Las palabras del rey Lee fueron como un balde de agua fría para el rey Jeong, no tenía idea de cómo reaccionar ante su atrevida petición y es que, aunque fuesen esposos ya se había hecho la idea de que nunca más iban a ser amantes. Salió de sus pensamientos al sentir como el rey comenzaba a mover sus caderas sobre él, creando un roce travieso en las entrepiernas de ambos, a pesar de las sábanas y ropa que separaba sus intimidades, el movimiento era maravilloso.

Lee Taeyong pudo darse cuenta de que el contrario continuaba sin creer lo que le había pedido, así que dejó su descaro de lado y comenzó a besar su cuello, incluso dio unas leves lamidas por su piel, sonriendo al sentir como el hombre debajo suyo se estremecía con sus acciones. Sus manos tomaron los bordes inferiores de la camisa de Jaehyun y la levantó hasta conseguir retirarla, luego procedió a lanzarla a algún sitio de la habitación, sus labios volvieron a encontrarse con la piel de su cuello y esta vez comenzó a dejar un camino de besos húmedos hasta llegar a su pecho, lugar en donde dejó traviesas mordidas que acabarían como marcas. Las manos del rey Jeong tomaron por sorpresa las mejillas de Taeyong para así poder atraerlo hacia sus labios y besarle por primera vez, miles de sensaciones nuevas recorrieron el cuerpo de ambos, pero el deseo fue la que más les invadió, deseaba besar a aquel hombre hasta robarle el último aliento, iba a hacerlo suyo de nuevo. Jeong Jaehyun tuvo poca decencia y sin dudarlo rompió la camisa del rey Lee, haciendo notar su desespero, sus labios se apartaron de la boca de su rey y comenzaron a besar su cuello así como Taeyong lo había hecho, pero dejó algunas marcas bastantes notorias a propósito, sus manos recorrieron su cintura y bajaron hasta llegar a sus glúteos, a pesar de los años aquel hombre no había perdido su buena figura, con la cual había cautivado al rey Jeong en una noche traviesa; sus manos, estrujaron con fuerza los glúteos del rey y sin dejarle reaccionar cambio de posición, ahora Jaehyun se encontraba arriba de Taeyong, deseando devorar por completo su cuerpo y llevarlo hasta el éxtasis una y otra vez. Su boca atacó sin piedad los pezones delicados del rey Lee, jugando con su lengua sobre ellos y arrancándole al rey varios gemidos delicados, las manos de Taeyong se enredaron en los cabellos de Jaehyun, fue así como este supo que estaba haciendo bien su trabajo, aquel dios se encontraba en pleno éxtasis y solo era el inició de una larga noche. Mientras su boca jugaba con aquella zona de su cuerpo, sus manos se encargaron de bajar hasta el borde de su pantalón para poder comenzar a retirarlo al igual que la ropa interior que tenía, Taeyong no se opuso a tal acción e incluso levantó sus caderas para ayudar a su esposo a quitar todo. Jadeos incontrolables por parte de Lee Taeyong se podían escuchar por toda la habitación, las ventanas habían comenzado a empañarse por el calor de la situación y el sudor de ambos reyes comenzaba a mezclarse en cada uno de sus movimientos; con ambos cuerpos al desnudo, todo fue más fácil, el rey Lee fue colocado boca abajo, dejando únicamente sus caderas elevadas y recibió la mejor lubricación, aquella que en mucho tiempo no le habían dado y que solo su esposo sabia como hacerlo, ya que él conocía cada uno de sus puntos débiles, sus manos estrujaban con fuerza las sabanas de la cama y su rostro se escondía en una de las almohadas, tratando de callar sus gritos de placer al sentir la humedad de la lengua de Jaehyun sobre aquella zona sensible de su cuerpo, echó su mano hacia atrás buscando tomar la cabeza de Jaehyun pero no lo consiguió, sentía como pronto estaba por llegar a su clímax; sin embargo, Jaehyun colocó su dedo en el orificio de salida de su miembro, evitando que lograra sacar de él su esencia.

- No vas a correrte hasta que tengas la autorización de hacerlo...-

Las palabras del contrario le hicieron estremecer, había olvidado lo bien que le quedaba el papel de demandante a su esposo; unos segundos después Jaehyun entró en él, haciéndole recordar el prominente tamaño que tenía el rey, cerró sus ojos con fuerza y ahogó un grito en la almohada, para su suerte, Jaehyun no se movió, permitiendo al menor acostumbrarse a su tamaño.

La noche no acabó con el primer orgasmo, ese fue solo el inició de una noche apasionada y llena de lujuria para ambos reyes, la cual ambos habían disfrutado hasta más no poder.

El servicio del palacio caminaba de un lado a otro, la preocupación era bastante notoria, pues los reyes no habían bajado a desayunar y ya llevaban una hora de retraso, los dos príncipes solo se limitaban a mirarse entre si de manera fulminante, pero ninguno se dignaba a hablar, uno de los encargados de servir la comida entró y captó la atención de ambos reyes.

-Me tomé el atrevimiento de subir a buscar a sus padres, sin embargo, no obtuve respuesta y la puerta de su habitación se encuentra trancada.

No bastaron dos segundos para que ambos príncipes abandonaran la mesa y corrieran hasta lograr llegar a la alcoba de sus padres, encontrándose con lo que el joven había mencionado, una puerta cerrada con llave e imposible de abrir, Jeno quería destrozarla y abrirla para poder ver si dentro estaban sus padres, pero por otro lado Jaemin se encontraba muy sereno ante la situación.

-Ellos bajarán cuando estén listos, así que iré a tomar mi desayuno, tú has lo que quieras, solo no interrumpas su privacidad.- El mayor de los príncipes comenzó a caminar por los pasillos de manera lenta.

-¿Por qué estás tan seguro de que no les ha sucedido nada?- Preguntó el menor caminando a paso rápido para poder alcanzar a su hermano

-Porque bajo la protección de mis guardias nada les sucedería, además, si te preocupas tanto es por una razón en concreto, ¿Qué escondes, Jeno?

El menor se detuvo al escuchar la pregunta de su hermano, Jaemin solo le miró por unos segundos esperando una respuesta.

-No estoy escondiendo nada, Jaemin, solo que cuando llegué me recibieron con la noticia de que habían atacado el palacio y que Ares había participado según...

La risa de Jaemin interrumpió sus palabras, el menor frunció el ceño, por qué se estaba burlando de él.

-¿De qué te ríes, imbécil?- Preguntó el menor acercándose de manera desafiante a su hermano.

-De ti, me rio de lo patético que eres, ni siquiera sé como puedes pensar en que cumplirías una estúpida misión cuando ni siquiera sabes dejar de hablar y siempre andas metiendo la pata.- Jaemin miraba a su hermano manteniendo una sonrisa burlona en su rostro y enarcando una ceja.

-¿Qué tiene que ver eso con mi preocupación? Son mis padres, idiota, tengo tanto derecho como tu de estar en este maldito lugar y heredar el trono, aunque honestamente, yo tengo mucho más derecho que tú, solo que eres el niñito protegido de papi...- Jeno rio por las palabras que había dicho, sin embargo, el rostro de Jaemin cambió inmediatamente, odiaba que tocara ese tema.

-Pues este niño de papi será quien herede el trono muy pronto, pero tranquilo "hermanito" prometo que tendrás un lugar para que continues viviendo aquí a costillas de los demás.-

Jeno frunció su ceño y tomó por el cuello de la camisa a Jaemin.

-¿Quién mierda te crees, maldito adoptado? ¿Vas a casarte? Eres patético, me llamas a mi aprovechado y tú ni siquiera puedes tomar decisiones propias, permites que todos elijan como tienes que vivir, solo mírate, a nada de casarte con una doncella que no tienes ni puta idea de quién es, todo por complacer a los dos hombres que te salvaron la jodida vida, ¿Qué vas a hacer, Jaemin? ¿Qué harás cuándo tengas que cogértela y ella se dé cuenta de que eres un maldito bastardo que no se le para si no es con un hombre? O aún peor, que no se le para si no está pensando en su hermanito menor.

Jaemin se liberó de su agarre empujándolo con fuerza, logrando que Jeno se estampara en uno de los pilares de roca de las escaleras, acomodó su camisa y comenzó a descender por los escalones mientras escuchaba a Jeno reírse a carcajadas.

-¡Eso es Jaemin! Haz lo que mejor sabes hacer, huir.

Gritó el menor desde su punto y Jaemin se detuvo, Jeno miró a su hermano desde su punto y un escalofrío recorrió su cuerpo al ver como volteaba a verlo con una sonrisa cínica en su rostro.

-Nadie más que yo sabía lo de Ares, querido Jeno. 

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora