𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐦𝐚𝐥𝐢

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Su cuerpo quedó helado, las palabras habían sido robadas, para su mala suerte ahora ni siquiera podía moverse o levantar su cabeza, sentía muchísima vergüenza.

- ¿Crees que soy tan tinto como para no darme cuenta de lo que está sucediendo?- Jaemin mantenía su vista fija en su hermano.

- No sé de qué estás hablando, es una idea absurda.- el mantener su tono firme era un completo reto.

- De así serlo, ¿Por qué hablaste la mirada y ahora no puedes ni verme?- su mano tomó con delicadeza el mentón de su hermano, logró levantar su rostro, pero el menor mantuvo sus ojos cerrados.- Mírame.

- ¿Para qué quieres que lo haga? Te veo todos los días.- murmuró mordiendo el interior de su labio inferior.

- Entonces, ¿Por qué te cuesta tanto hacerlo ahora?- con descaro acercó su rostro al de Jeno, quedando a una distancia mínima, robando el aliento del joven príncipe.- El enamorarte no es un pecado, no estas cometiendo delito alguno, nadie te va a castigar con la muerte o desterrar, eres un ser que tiene derecho a amar.

Jeno abrió sus ojos y conectó su mirada con la de Jaemin, mirar de cerca esos preciosos ojos siempre había sido uno de sus deseos que estaba cumpliendo, su mano viajó hasta la mejilla de Jaemin y la acarició, causando que el mayor acurrucara levemente su rostro en ella.

- Es un pecado, aunque no quiera admitirlo debo hacerlo, eres mi hermano, tenemos un lazo familiar el cual no podemos romper. Lo único que debo hacer es caer en la realidad y controlar mis sentimientos, mejor dicho, eliminarlos.- rió suavemente.- al final termino envidiándote por ser alguien que no tiene sentimientos, así jamás sabrás lo que es sufrir por amor.

- No soy un desalmado, Jeno.- El mayor frunció su ceño ante las palabras que su hermano le había dicho.- Qué tal vez no ande ventilando como me siento no significa que no lo sienta, soy alguien que ama, se entristece e incluso enoja, lo viste cuando envié a los dioses al infierno, sufrí cuando creí que te perdía el otro día y te amo más que a cualquier ser en este reino, mi deber es protegerte siempre.

Jeno eliminó la distancia y dejó un suave beso sobre la frente de su hermano, a pesar de tener la misma edad el menor era un poco más alto. Se apartó de él y comenzó a caminar hacia su cama para poder recostarse de nuevo.

- Desearía poder tener un sentimiento diferente de tu parte, pero tendré que vivir con ese deseo. Descansa, Jaemin, no te duermas tan tarde.- apagó la lámpara de su lado y se cubrió completamente con las mantas, dejando a Jaemin pasmado en su espacio.

-Prometo que algún día podré decirte todo...

Jeno despertó más temprano que de costumbre, el mayor de los príncipes ya se encontraba arreglado y sentado sobre uno de los sofás de la habitación leyendo y esperando el llamado al desayuno. "Buenos días." Saludó a su hermano cuando este iba hacia el baño, pero no recibió respuesta de su parte, soltó un suspiro y continuó con lo que estaba haciendo, sabía que debía darle espacio.

Las puertas de la habitación se abrieron y por ellas entró el soldado favorito del palacio.

- Buenos días, Jaemin.- saludó al joven con una pequeña reverencia.

- El día que dejes de hacer eso comenzarás a caerme mejor.- le miró de reojo antes de reír.- te ves patético haciéndolo cuando ya eres parte de la familia.

- Lo dice el mocoso malcriado del palacio que saluda así a sus padres.-murmuró Doyoung riendo y tomando asiento frente a él.- ¿Dónde está tu hermano?

- Está tomando un baño, acaba de entrar así que no esperes a que salga en poco tiempo.- el príncipe dejó de lado su libro y miró al soldado quien le miraba directamente al rostro.- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara o vas a confesar tu amor por mi?

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora