𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚 𝐚𝐧𝐢𝐦𝐚𝐦 𝐭𝐮𝐚𝐦

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La taza de té cayó de sus manos, estampándose contra el suelo y partiéndose en mil pedazos, sus piernas flaquearon, el aire abandonó sus pulmones, su vista se volvió borrosa, sentía que su corazón en cualquier momento dejaría de funcionar. Yuta le tomó por su brazo para evitar que cayera y se lastimara, pero en cuestión de segundos la adrenalina invadió su cuerpo y corrió hacía la entrada del palacio. Lee Taeyong rompió todo protocolo de elegancia, empujó a cada guardia que impidió su paso, rompió incluso las lanzas de los soldados, nada iba a detener su marcha. A pocos metros de las escaleras de la entrada principal del palacio se encontraba Qián Kūn con su hijo menor en brazos, cubierto de sangre, mismo líquido que salía por su boca. El rey tomó el cuerpo de su pequeño en brazos y le agitó de todas las formas posibles intentando despertarlo.

Dentro del palacio las tropas corrieron hacia el estudio para informar al rey el cual se encontraba en compañía de su hijo mayor, ambos  quedaron en shock al escuchar los gritos del rey Lee y mirándolo desde las puertas, aferrándose al cuerpo de su pequeño guerrero, golpeando al capitán cada que intentaba acercarse a su hijo. Con un estruendo ensordecedor y un destello cegador, la diosa llegó a los jardines del palacio, quitando cualquier estorbo en su camino hasta llegar al rey y el cuerpo herido del príncipe, tomándolo entre sus brazos y recibiendo ayuda por parte del dios de la seducción para llevar a ambos hasta la habitación del menor.

"Sígueme" Fueron las palabras de la diosa dirigidas al príncipe Jaemin cuando pasó por su lado, el cual le obedeció inmediatamente, Jaehyun ayudó a su amigo Kun a reponerse de los golpes que su esposo le había dado de manera inconsciente, ambos corrieron hacia la habitación donde estaría su hijo, pero se encontraron con un Taeyong arrodillado frente a las puertas de la habitación, llorándole a su hijo, Yuta intentaba consolarle, pero era visible su nerviosismo también.

Si al menor de los herederos le sucedía algo, Taeyong iba a perder su cordura por completo, siempre fue bien sabido que ese hombre mataría por el bienestar de sus dos pequeños, lo haría sin piedad ni arrepentimiento, ese era el mayor miedo del rey Jeong. Jaehyun se acercó a su esposo y lo abrazó por detrás, recostando su espalda en su pecho, quedándose con él en el suelo, permitiendo que Yuta se retirara y entrara a la habitación.

- Mi vida habrá...acabado si a Je...si a mi Jeno le sucede algo.- Murmuró el dios entre sus brazos, llorando cada vez más.

¿Qué era lo que había sucedido? ¿Por qué su hijo fue traído en esas condiciones? ¿Quién tuvo el poder de dañar a su heredero?

Habían tantas preguntas en la cabeza del rey, pero debería esperar, por ahora su esposo lo necesitaba y tenía que cumplir.

La guardia volvió al palacio luego de un largo día de trabajo, al bajar de su caballo Kim Doyoung, mano derecha del rey Lee Taeyong fue recibido con la trágica noticia del accidente, el mismo no esperó ni un segundo y entró al palacio, corrió a gran velocidad por las escaleras y pasillos hasta llegar a donde estaban sus superiores. Se detuvo al inició del pasillo, mirando la escena de ambos reyes en el suelo y el capitán mirando por la ventana, siendo la luna la única que alumbraba aquellos pasillos. Retiró su casco en respeto a los reyes y se acercó a ellos, el rostro del rey Lee le partió el corazón, su delirio estaba sufriendo... Jaehyun le miró y extendió su mano como saludo, el soldado la tomó y se inclinó ante él, luego se acercó al capitán y fue cuando noto las lágrimas caer por sus ojos.

- No tengo idea de que sucedió, le encontré de regreso a casa, toda su tropa fue asesinada de una manera despiadada, no entiendo como pudieron dañar a mi sobrino, es algo imposible.- Doyoung colocó su mano sobre el hombro de su superior.- Tuve tanto miedo al ver la sangre, para mi desgracia justo cuando llegamos las puertas se abrieron y Taeyong estaba en medio de la sala, vió la escena y no dudo en correr a nosotros.

- ¿Dónde están los demás?- Preguntó mirando el pasillo vacío.

- Los dioses están dentro con Jeno, Nana bajó a prepararle un calmante a Taeyong, por ahora está calmado, pero cuando vuelve a activarse su dolor, se descontrola por completo.- Miró de reojo a los reyes, Jaehyun acariciaba la cabeza de su esposo con suma delicadeza.

- ¿Jaemin?

- Él está dentro también, no iba a abandonar a su hermano, son almas gemelas.

¿Almas gemelas? ¿No era ese un termino muy fuerte para una relación de hermanos?

Las puertas de la habitación se abrieron, Deméter salió del lugar y las cerró, Taeyong intentó levantarse pero ella se lo impidió, se arrodilló ante el y tomó sus manos, besó el dorso de estas y le miró directamente a los ojos.

- Jeno está mejor que nunca, creo que deberé amarrarlo a la cama o saldrá a correr como siempre, pero debo informarte de algo más aún.- Sin esperar ni escuchar más, Lee Taeyong se liberó de las manos de la diosa y el agarre de su esposo, se levantó con la poca fuerza que le quedaba y abrió las puertas de un solo golpe, su encantador hijo menor le sonreía desde la cama, su hermano mayor se encontraba a su lado tomando su mano. Jeno estiró su mano libre hacia su padre y este corrió a él, se sentó sobre la cama y tomó el rostro de su hijo entre sus manos para poder admirar su vitalidad, revisando que estuviese completo.

- Te ves fatal, padre.- Murmuró delicadamente mirando a Taeyong directamente a sus ojos.

El rey solo recostó su cabeza al pecho de su hijo y se desahogó, llorando como nunca antes, incluso causando que las lágrimas de su hijo mayor salieran sin previo aviso. Jaehyun se acercó a ellos también y se sentó al lado de su esposo, sonriéndole a su pequeño en la cama.

En esa habitación se podía sentir claramente el amor que ambos reyes le tenían a sus hijos, un amor inmedible, Taeyong y Jaehyun eran capaz de vender hasta su propia alma por ellos, y los dos herederos eran capaz de destruir ciudades o imperios en defensa de sus padres, la unión era irrompible.

𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐊𝐈𝐍𝐆𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora